Llevo más de un año en terapia pero no consigo controlar mi inseguridad, mi desconfianza permanente y mis celos. He mejorado, por supuesto, pero sigo viviendo en un estado de ansiedad, inseguridad y nerviosismo que no me dejan dormir. Necesito recuperar la calma y control de mi vida y de mí misma. Porque si no, la psicóloga me ha dicho que voy a caer enferma.
Estando con él vivía pendiente del móvil las 24 horas, vigilaba cada paso que daba, si estaba en línea o no, si tenía el móvil apagado o no, a qué hora se conectaba por última vez. También vigilaba sus redes sociales, seguía los rastros de sus likes si se los dabaalguna chica y le ponía a prueba para ver si me estaba engañando. No podía seguir así y sabía el problema era mío.
Él me quiere e incluso ha ido a terapia por mí, ha tenido una paciencia infinita conmigo, explicándome, intentando estar más pendiente de mí para que yo no dudase ni me sintiera insegura. Pero somo muy diferentes. Yo estaría todo el día con él, haría todo con él, me acostaría y me levantaría cada día con él. No me importa ni dejar de quedar con mis amigas para estar con él. Pero Carlos necesita su espacio, quedar con sus amigos a solas, irse de vacaciones con ellos. Él no necesita que hablemos varias veces al día por teléfono ni escribirnos tanto por wpp. Pero yo sí. Como me dice mi psicóloga, yo necesito reafirmación constante, saber que el otro está ahí, que me demuestre todo el rato que me quiere. Y eso agobia, lo sé. No puedo pretender que nadie sea como yo, que contesto cada mensaje o llamada al instante, que planeo todo con él, que vivo por y para él.
Él no lo quería dejar. Yo creo que en el fondo le atrae estar con alguien tan diferente a él, tan sincera como yo con los sentimientos, tan clara y cariñosa. Y a mí me pasa lo mismo. Sé que viviría más tranquila con alguien a quien no le gustase tanto salir y socializar, que quisiera estar siempre conmigo, irse a vivir conmigo sin pensárselo. Pero seguro que me aburriría con él. Por eso me gusta y me atrae tanto Carlos, porque es todo lo que yo no soy, porque hace todo lo que yo no hago, porque es el tío más optimista del mundo y tiene siempre miles de planes con un montón de personas diferentes. Yo también tengo a mis amigas, pero siempre las dejo colgadas si él quiere quedar. No sé cómo no han dejado de hablarme en todo este tiempo.
Algo que no he contado es que yo tengo un niño de 6 años. Tengo custodia compartida así que tengo una semana entera para estar con Carlos. Pero la semana que estoy con el niño él prefiere no quedar. Dice que no está preparado para incluir a un niño en su vida. Que él aún no tiene instinto paternal (¡con 38 años!) y que me quiere mucho a mí pero prefiere mantenerse al margen con el niño, que no quiere meter la pata con algo tan importante. Por eso no se viene a vivir conmigo. Y a mí eso me mata. Me ha matado desde el principio, porque si hubiera sido al revés yo hubiera ido adelante con todo. Me hubiera ido a vivir con él y con sus hijos sin pensármelo. La psicóloga me dice que tengo que darle tiempo, que es normal porque él no es padre y no contaba con ello. Pero cuando me conoció ya lo sabía. Y si me quiere a mí tiene que querer también a mi hijo. Es lo normal ¿no?
Las pocas veces que Carlos ha visto al niño para mí ha sido un estrés muy grande. Porque el niño le adora y me dice que quiere que Carlos venga a jugar con él. Y yo me muero de pena cuando le miento y le digo que tiene que trabajar o que está de viaje. Esto, sumado al estrés que me produce que el no para de salir y de quedar con gente la semana que yo estoy con el niño, me ha desquiciado y me ha llevado a tomar la decisión de dejarlo. Le quiero con toda mi alma y sé que él me quiere a mí, no puedo estar más enamorada, pero no consigo disfrutar de esta relación. No paro de ponerme mala, se me cae hasta el pelo desde que estoy con él, no me pasó ni cuando me separé. Con todo el dolor de mi corazón he llegado a la conclusión de que no me compensa. Estoy haciendo un esfuerzo enorme para no volver con él. Porque me sigue llamando y escribiendo diciéndome que me quiere y que quiere volver conmigo, que está dispuesto a ir a terapia otra vez para tratar lo del niño.
Me muero por volver con él pero a día de hoy no me compensa. Nadie sabe las noches en vela que he pasado releyendo conversaciones de wpp, analizando cada palabra para encontrar una mentira, mirando cada foto y cada comentario en los perfiles de sus amigas para ver si tenían algo más que una amistad, mirando incluso su móvil en cualquier descuido para ver si encontraba algo, teniendo una y otra vez discusiones porque no siento que me preste la misma atención que yo a él… Llevo ya muchos meses sin dormir bien, sin disfrutar de mi hijo porque no paro de pensar en Carlos cuando estoy con él, de meter la pata en el trabajo porque si no me contesta a un wpp en el tiempo que yo considero razonable ya me pienso que pasa de mí. Yo no puedo vivir así, no soy feliz.
¿Qué me dice la psicóloga? Que tengo varios problemas: dependencia, falta de autoestima, necesidad de validación externa, falta de confianza en mí misma y un miedo enorme al rechazo, a que me rechacen mis parejas, a que me dejen. Parece que en el origen de esto está mi relación mi madre, que es una persona muy controladora, muy exigente y muy dominante. Desde pequeña le consulto todo, no soy capaz de hacer nada sin su aprobación, le pido su opinión hasta para comprarme unos zapatos. Y después de ella, a mis parejas. Mi ex me decía hasta la ropa que me tenía que poner, no me atrevía a ponerme nada que no le gustase o que pareciese “de puta” (sí, era un machista, un celoso y un misógino). Carlos es todo lo contrario, a él le encanta que me arregle, que vaya sexy, que me ponga lo que me de la real gana. Y sé que eso es bueno para mí, que él es bueno para mí, pero no controlo la inseguridad que me genera estar con él.
En terapia estoy trabajando, más que la pareja, el tema de mi madre. Aprendiendo a “cortar el cordón umbilical” con ella y a no necesitar su validación para todo. Me está costando pero me noto mucho mejor, más segura de mí misma. Ya me atrevo a decirle que no a muchas cosas y a tomar decisiones sin consultarle. Pero no me veo capaz aún de estar en pareja, no quiero sufrir tanto como he sufrido con Carlos. Tengo que descubrir si soy capaz de estar con alguien como él o si lo que necesito es encontrar una pareja más parecida a mí. Le he explicado todo esto a Carlos. Supongo que dejarle ha hecho que de alguna manera me valore más y que insista tanto en querer volver conmigo. Pero yo no puedo todavía. Y me imagino que al final él se olvidará de mí. Y creo que es lo mejor que nos puede pasar a los dos.