Los diez consejos básicos de Abascal para que todos se vuelvan a tu paso, se resumen en los siguientes: No practicar el look total; combinar la costura con la moda más urbana; seguir el propio instinto y no las tendencias al pie de la letra; no brillar demasiado; elegir un detalle y sacarle partido; combinar colores inesperados; no abusar de las joyas y usar algo de bisutería; maquillarse con moderación y algo de osadía; elegir un corte y color de pelo adecuados y ser fiel a ellos y tener en cuenta la edad a la hora de vestirse, aunque no a rajatabla.
Natividad Abascal Romero-Toro, que comenzó en la moda con 18 años, cuando viajó a Nueva York de la mano del modista Elio Berhanyer, con su hermana gemela, Ana María, fue portada de la revista Harper’s Bazaar y, a partir de ese momento, comenzó a desfilar por las pasarelas más importantes de Estados Unidos y a posar para reconocidas marcas. El periplo ha sido largo e intenso. El libro ofrece las claves para llegar a entender porque Naty, una abuela de setenta años, con cuerpo de mujer de 30, sale airosa de complejos trances. A continuación desgranamos algunas de sus reflexiones para ser elegante, por dentro y por fuera, o al menos intentarlo.
El bolso de noche, nunca a juego con la ropa. Llevar un bolso de noche no es tan fácil. Abascal lo tiene claro: «En la actualidad no hay famosa que no lleve un bolsito en la mano que complete su look de noche...a veces bien, a veces mal». La primera regla es no combinarlo con el vestido, que por cierto enlaza con la siguiente....
Nada de ir «hipercombinada». Naty Abascal tiene claro que eso de ir combinada hasta el extremo es un error garrafal. Así lo deja escrito en su libro. Practicar lo que se ha dado en llamar "look total" es contraproducente. Para entender lo que sugiere la estilista basta con echar un vistazo a fotos suyas de diferentes épocas. Abascal es la reina de la mezcla y transmite esa difícil impresión de que todo le sienta bien, algo que no ha conseguido ni siquiera Carolina de Mónaco, cuya elegancia innata, a estas alturas, queda fuera de toda duda.
Maletas ligeras y surtidas. Naty Abascal viaja sin parar, así que nadie como ella para dar las claves de la maleta perfecta, esa en la que hay de todo, sin llegar a pesar una tonelada. El primer paso es utilizar maletas ultraligeras y el segundo hacer una lista de necesidades básicas. Un buen truco para el invierno es llevarse una cazadora acolchada y una gabardina, no pesan y no se arrugan en el viaje. Abascal también aconseja incluir una camisa blanca y un jersey de pico en tonos fáciles de combinar. Y claro, complementos como guantes y cinturones. También en eso, ella predica con el ejemplo porque los luce habitualmente.
La lenceria, oculta a la vista. En su cruzada contra la vulgaridad, Naty Abascal no obvia lo que llama "empleo inadecuado de la lencería". Aconseja que bajo piezas de seda o de otros tejidos delicados la lencería no se marque y no se transparente.
El blanco, no para bodas. El porte regio de la estilista en la boda de su hijo Rafael Medina con Laura Vecino ha intentado ser copiado por alguna, con desiguales resultados. Un buen consejo para enmarcar es que el blanco se reserva a la novia y que la madre del novio, mejor con tonos oscuros. El largo se reserva sólo para la noche, salvo en bodas con etiqueta de gala. Un buen ejemplo son las de las familias reales. Una boda siempre es una buena ocasión para lucir joyas. "Siempre que sean sobrias y no abrumen", escribe Abascal.
«Corto y apretado» no implica ir más sexy. Abascal señala que para un cóctel formal conviene un vestido por debajo de la rodilla, de buena calidad y con diseño sencillo. «Corto y apretado no es sinónimo de sexy», asegura. «El toque chic de algún adorno especial pondrá el sello personal en el estilo».
De fiesta informal, con blazer y tacones. En cambio, considera que para acudir a una fiesta nocturna informal los pantalones y el blazer con zapatos de tacón alto resultan ideales. Si se opta por un vestido, mejor que sea corto, "para poder bailar con libertad".
Negro, en pequeñas dosis. Para una sevillana como Naty, el negro resulta demasiado triste. Por eso, su consejo es que se prueben colores.
Moda como terapia. Uno de los últimos capítulos del libro está dedicado a la conveniencia de renovar el armario. Para cuando faltan ganas de arreglarse Abascal recomienda compras, eso sí, «bien planificadas». Cambiar el guardarropa para mejorar la imagen es «lo opuesto a lanzarte a ciegas sobre las tendencias de cada temporada». Palabra de Naty.