Visitamos a Alejandro Gómez Palomo en su casa-taller de Posadas, en Córdoba, para hablar de su segunda colaboración con Mó de Multiópticas. En lugar de encontrarnos con ese mundo barroco, excesivo, fantasioso y sin género que ha hecho famoso con su firma Palomo Spain, lo que hallamos detrás del telón es a un equipo de quince personas (costureras, patronistas, marketing, gestión) que trabajan en familia en una antigua casa labriega con suelos de barro cocido. Nos recibe Lucio, un precioso braco de Weimar al que solo le hace falta hablar. Él, mejor que nadie, sabe cómo su amigo ha llegado tan lejos sin moverse apenas de aquí.
Qué gusto volver a donde uno nació después de tanto viaje, ¿no?Sí, me fui muy joven a estudiar a Londres y he vuelto. Madrid hubiera sido otra buena opción, pero aquí trabajo más tranquilo, creo que soy más creativo y tengo a mano a profesionales de la artesanía.
Y una casa con solera.Sí, es una antigua casa de campo que estoy rehabilitando poco a poco. Ahora ya tengo baño en la zona de vivienda. Recién llegados, tenía que bajar a ducharme a la planta de taller. No daba los buenos días hasta que no salía arreglado [risas].
Imagino que el pueblo estará encantado con tu regreso porque das visibilidad y trabajo.Bueno, eso intento contratando a profesionales de la zona y siendo amable con los autobuses que venían antes de la pandemia como si esto fuera un museo [risas]... Es lo que tiene trabajar también en la tele [Maestros de la costura].
Acabas de presentar la nueva temporada SS21 y acto seguido lanzas una colección cápsula de gafas con Mó de Multiópticas. Es un no parar.Es que se complementan, comparten la misma historia inspirada en esos sentimientos sesenteros de peace & love, porque ya estamos hartos de pandemia y mascarillas. Creo que nos ha salido una cosa muy disfrutona, de verano, de pasarlo bien al aire libre...
Esta segunda colección que diseñas junto a Mó de Multiópticas tiene un toque muy Hollywood, ¿no?Sí, con ese aire Chateau Marmont, tanto las de sol, con cristales medio opacos, como las de ver, con filtro de luz azul para protegernos del ordenador.
En los desfiles se están usando mucho estas gafas.Es que elevan cualquier look. Por eso se han convertido en un accesorio más. A mí me encantan desde niño.
¿Recuerdas cómo eran las primeras que usaste?Creo que de la marca Vogue, cuadraditas, de pasta azul celeste, bastante fashion [risas]. Las compramos en la playa, en Rota. Tenía 7 u 8 años.
Ya te privaba el diseño.Sí, siempre he sido muy coqueto. De niño me encantaba salir de compras con mi madre: le elegía la ropa y yo ya me vestía como me daba la gana. En mi casa me han dado toda la libertad del mundo.
Y ahora Beyoncé y Rita Ora llevan tus diseños. ¿Quién te gustaría que luciera tus gafas?Harry Styles todo el rato [risas]. Ya le envié unas. Como marca tenemos suerte de tenerle cerca como cliente.
Una curiosidad: ¿por qué a tu firma le añadiste Spain?Porque no solo vendemos ropa. También hay una idea de marca que representa valores contemporáneos, reivindicaciones y una conexión con las raíces artesanas. Todo lo hemos hecho con muy poca vergüenza, cuando para algunos deberíamos haber tapado esa bandera. Ese Spain es el añadido para representarnos a todos nosotros y a esos valores que también son España.
*Este artículo aparece publicado en el número de mayo 2021 de la revista Esquire