La culpa es de Silicon Valley. Porque allá por los años 80, en la meca de la tecnología y el progreso del estado norteamericano de California, las plantillas de trabajadores de pequeñas pero punteras empresas vinculadas al sector informático, rompieron con las normas establecidas. A aquellos hombres les preocupaban mucho más los resultados de su trabajo que la ropa que escogían cada mañana para acudir a la oficina. La metodología y la forma de trabajar había cambiado. Pasaban más tiempo delante de las pantallas de sus ordenadores que metidos en despachos o salas de juntas siendo protagonistas de interminables reuniones. La dictadura del traje clásico había terminado y había nacido eso que hoy conocemos como casual business: una especie de norma no escrita que apuesta porque cada empleado explote su imagen personal a través de su ropa sin necesidad de atender a códigos estéticos preestablecidos.
Las tendencias y las exigencias estéticas fueron relajándose con el paso de los años. De hecho, en 1992, Dockers –la madre de los pantalones chinos favoritos para hombre– repartió entre sus empleados un manual de estilo en el que indicaban cómo se debía vestir correctamente bajo la etiqueta casual business. Un experimento que caló en el tejido empresarial de la época y que se hizo extensible a importantes entidades como Goldman Sachs o JP Morgan. El inexorable avance del concepto era ya un hecho que poco tardó en llegar al negocio del calzado. Aquellos hombres que optaban por zapatos de corte informal, poco tardaron en hacer que las mejores marcas en zapatillas se convirtieran en una opción más que perfecta para romper con el protocolo.
Hoy no resulta difícil ver en cualquier puesto de trabajo a hombres calzados con zapatillas blancas, zapatillas de colores vivos o zapatillas negras... combinados con un universo de prendas que van desde la camisa a, por supuesto, el traje. Es precisamente este prenda la que más quebraderos de cabeza acarrea a más de uno. ¿Está bien utilizar un traje con americana de doble botonadura, camiseta y zapatillas? La respuesta es más que evidente: rotundamente sí. Los modelos de hoy en día ofrecen un sinfín de posibilidades gracias a sus tejidos, estampados e, incluso, el tipo de patrón que elijas. Acertar es más fácil de lo que imaginas. Por eso, a continuación te ofrecemos algunas de las mejores sneakers del mercado que mejor encajan con un conjunto compuesto por dos piezas. Eso sí, aprende de los que saben: de los famosos. De todos aquellos que dominan el arte del posado en un photocall y que han encontrado la combinación ganadora de estos dos elementos.