Navarra vive días de polémica ante la negativa del ejecutivo foral a reconocer los delitos cometidos por ‘menas’. Tras protagonizar incidentes como la paliza al hijo del diputado Carlos García Adanero o el acoso callejero a niñas en Marcilla, el comportamiento de estos jóvenes tutelados por el Gobierno de Navarra ha acaparado la opinión pública con disparidad de versiones políticas.
Por una parte, la presidente María Chivite ha defendido a los 'menas' asegurando que no hay razón para generar alarma social, postura similar a la de la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu, que se ha mostrado reticente a hacer responsable al colectivo de estos delitos.
Sin embargo, Enrique Maya sí dado un paso al frente para denunciar la creciente inseguridad en algunos puntos de la ciudad, atribuida principalmente a los ‘menas’. Con los datos de la Policía Municipal en la mano, el alcalde de Pamplona expuso que el 80% de los robos con violencia los cometían extranjeros y blindó con patrullas nocturna entornos como la Vuelta del Castillo, lugar habitual de estos incidentes.
Unas palabras que le han llevado a ser reprobado por "xenófobo" por los grupos municipales de EH Bildu, Geroa Bai y PSN, pero que corroboran los diferentes cuerpos policiales que actúan, no solo en Pamplona sino en toda Navarra.
Tras recoger testimonios de las diferentes policías que operan en nuestra comunidad, NAVARRA.COM ha podido confirmar que durante el pasado 2021 los 'menas' han sido detenidos y condenados por protagonizar delitos en al menos 213 ocasiones.
En concreto se tienen constancia de 30 detenciones por robo, 31 por hurto, 28 por robos con violencia e intimidación, 28 por robo con fuerza, 17 por reclamaciones judiciales, 14 por amenazas, 11 por atentado a los agentes de la autoridad, 11 por resistencia, 11 por daños, 7 por desobediencia,5 por tráfico de drogas y 23 por otros delitos, incluidas 3 detenciones por homicidio o tentativa y 2 por agresiones sexuales.
A estos datos, habría que sumar muchas de las 47 detenciones de personas extranjeras por robos con violencia ejecutadas por parte de Policía Municipal, que no computan en la lista anterior. Unos delitos que, según el cuerpo, han aumentado en un 50% en el último año.
En el caso de la Policía Foral , las detenciones exclusivamente de 'menas' en 2021 aumentaron un 23% con respecto al 2020 llegando a suponer una de cada cinco detenciones. Por su parte, Policía Municipal también ha dejado constancia del crecimiento de los delitos cometidos por este colectivo y señala que en 2020, año en el que con motivo de la pandemia se produjo un menor número de detenciones, los únicos arrestos que aumentaron fueron de personas de origen africano (pasando de 75 a 127). Falta por conocerse la memoria de Pamplona del año 2021, pero los responsables de Seguridad apuntan a que el aumento se mantiene.
Esta situación de continuas detenciones, delitos, peleas e incremento de la inseguridad y violencia de estos jóvenes ha llevado a varios agentes policiales a denunciar la situación que viven día a día en su trabajo.
"Los 'menas' protagonizan a diario agresiones al personal trabajador, robos, amenazas, consumo de sustancias estupefacientes, tráfico de drogas. Por no hablar de los traslados diarios que debemos hacer con ellos a centros sanitarios por pruebas Covid, supuestas crisis psicológicas o de ansiedad, contenciones por encontrarse agresivos", expone un agente de seguridad ciudadana de la Policía Foral.
Fuentes sindicales de este cuerpo certifican que en muchas ocasiones, los miembros de estas patrullas "hipotecan" su jornada laboral por los 'menas', dejando de prestar otros servicios durante esas horas. En Gazólaz, cuentan por ejemplo, ardió parte del centro de jóvenes tutelados como consecuencia de un colchón que quemaron en una habitación, después de agredir al vigilante de seguridad, y son sucesos -según explican distintos agentes- que se silencian para evitar la alarma social que implica en la ciudadanía.
“El colmo es que nos hemos convertido en taxistas de todos ellos. Los más peligrosos se fugan de los centros de internamiento los fines de semana, sus responsables denuncian la desaparición para cubrirse las espaldas por los delitos que cometerán y cuando se aburren se presentan en dependencias de Policía Foralpara que los devolvamos en el coche patrulla a Marcilla, Alsasua, Gazólaz, Iturmendi, Tudela, Ilundáin", describe este policía sobre otra de sus funciones habituales con estos jóvenes.
Cuenta además cómo es en esos traslados cuando hablan con ellos, que "se vanaglorian de su impunidad, de una ley del menor que es un cachondeo y se mueren de risa de las reprimendas de los fiscales de menores por sus delitos".
"España es el paraíso soñado porque reciben una paga sin hacer nada”, sentencia el agente.
Los agentes mencionan como caso concreto el de un joven tutelado ecuatoriano que entró en prisión, al tener ya 18 años, por un robo con intimidación en la Vuelta del Castillo y ya vuelve a estar en la calle con 105 antecedentes a sus espaldas.
"Nuestro consuelo es que antes o después acaban en la cárcel porque su actividad delictiva no tiene límites. Aunque salen por la puerta de atrás en muchos casos ya que la justicia tiene un serio problema con la aplicación de normas de por sí muy laxas”, expone el agente de seguridad ciudadana.
Fuentes sindicales señalizan que no solo cometen delitos muy graves -robos con violencia, agresiones sexuales- sino que entre ellos también disputan con violencia por cuestiones económicas, religiosas, peleas entre bandas latinas contra las del Este, dominicanos contra magrebíes...
“En Zizur Mayor es habitual que queden para pegarse, les hemos incautado bates de beisbol, navajas de mariposa, objetos susceptibles de matar a una persona”, reproduce un agente de Policía Foral. En esa localidad hubo que actuar con contundencia y se cerró una vivienda ante el incremento de delitos y problemas con los vecinos.
El discurso de incremento de delitos por parte de 'menas' y situación límite de los agentes se repite en el cuerpo de la Policía Nacional. Tal como indican desde su sindicato, las intervenciones son continuas así como las faltas de respeto. Hurtos, agresiones, tenencia de hachís y marihuana son solo algunos de los delitos que cometen los alrededor de 180 'menas' residentes en Navarra.
Desde este cuerpo policial remarcan también que la situación, aunque haya empeorado sustancialmente en el último año, no es nueva y que ya en 2019 acudieron al Parlamento de Navarra avisando de un nuevo tipo de violencia y delitos asociados a los ‘menas’, del que hasta entonces apenas había conocimiento y comenzaba en aquel años a preocupar.
“Avisamos de que la violencia y los delitos cometidos por este grupo de jóvenes iba a crecer y así ha sido. Y estamos convencidos de que todavía va a ir a más. La sensación que tenemos es que hasta que no pase algo gordo no va a parar”, explican desde su sindicato.
En SUP hablan además de que en los últimos meses notan un mayor número de actuaciones y que las medidas actuales no disuaden, a la larga, los delitos de estos ‘menas’ y ‘jenas’.
“El patrullaje en la Vuelta del Castillo está funcionando pero ya encontrarán otro sitios. Después del confinamiento estuvieron en Yamaguchi, el verano pasado en el entorno de las piscinas de Aranzadi. Es cuestión de tiempo que se instalen en otro lugar”, señalan.
Una de las reivindicaciones en las que insisten todos los cuerpos policiales es que se deje de ocultar los delitos cometidos por 'menas', se asuma la situación y se busquen soluciones al creciente problemas.
Así lo indican por ejemplo fuentes sindicales de Policía Foral: “Los políticos esconden el problema o mienten por su incapacidad y sobre todo por el buenismo que impera. Cuando se dice que quienes cometen delitos son el 85% españoles… no se dice que la mayoría son de origen extranjero, ni que algunos abogados de asociaciones por todos conocidas, lejos de ayudarles, realmente los embadurnan con todos los derechos que les asisten y triquiñuelas legales para salir impunes.
Añaden que el "colmo" estratarlos como 'menas' al estar indocumentados basándose en el testimonio de su edad, "cuando a la vista está que muchos de ellos tienen más de 18 años”.
Por parte del sindicato de Policía Nacional, denuncian que la clase política "centra el foco en que ya no son ‘menas’ porque son mayores de edad" pero la realidad es que "están bajo tutela del Gobierno de Navarra y los delitos de estos jóvenes, sean o no mayores de edad, no para de subir”.
Un problema que, bajo su punto de vista, solo podrá erradicase si se ataja de base, desde la educación.
"Lo que ocurre es que muchos de estos jóvenes no tienen ninguna aspiración ni nada que perder y se dedican a deambular y delinquir", exponen.
De todas las problemáticas, los cuerpos de seguridad resaltan sobre todos la violencia que ejercen los miembros de este colectivo. Ponen como ejemplo la intervención de la Policía Nacional en la Plaza del Castillo en la que un joven de origen marroquí se autolesionó de gravedad cuando varios agentes procedieron a su detención por haber robado una cartera.
"Los más peligrosos son los magrebíes, muchos de ellos van armados para amedrentar a sus víctimas y algunos, que no dudan en acometer al policía, rondan el centenar de antecedentes, los conocemos todos los patrulleros de seguridad ciudadana, da igual el color del uniforme", puntualizan.*
Por ello, preocupa además que trasladen esa violencia a las víctimas de sus robos o hurtos.
“Buscan a chavales jóvenes que van solos o de dos en dos y les asaltan en grupos de unas diez personas. Les roban sobre todo ropa, auriculares inalámbricos, dinero y no dudan en usar la violencia. Los móviles no suelen llevárselo por el tema de la localización”, señalan fuentes de Policía Municipal.
Pese a la negación de buena parte de los políticos a reconocer la problemática, los cuerpos policiales coinciden en que debería haber una total transparencia sobre esta situación.
“Por mucho que digan los que mandan, la población sabe lo que hay. Sabe que es mejor evitar la Vuelta del Castillo o cambiar de calle si te encuentras con estos grupos pero hay quienes no lo quieren ver”, señala el portavoz del SUP, quien añade que es el sentir general del resto de cuerpos.
En el caso de Policía Foral, recalcan no solo la alarmante situación ciudadana sino la propia del cuerpo. Según fuentes sindicales, en 2021 once compañeros estuvieron de baja laboral al resultar heridos por 'menas' que atentaron contra ellos y fueron detenidos, a lo que habría que añadir innumerables daños y lesiones en otras intervenciones administrativas.
"Acabará pasando una desgracia y entonces nos echaremos las manos a la cabeza", sentencia un agente cuyo trabaja choca con el interés del Gobierno de Chivite de silenciar una realidad que los ciudadanos viven a diario en la calle.