La fiesta de un billonario para celebrar el “Día Mundial del Bitcoin” es una ventana al mundo de los inversionistas que ven en El Salvador una oportunidad dorada. Hablan de inclusión financiera, de utopías, de oportunidades para ingresar a la élite, a la vez que apoyan exenciones de impuestos, zonas francas tecnológicas y políticas de puertas abiertas, mientras bailan cumbia y música electrónica. Una idea que el mismo grupo impulsó en Puerto Rico en 2018 y que fracasó.