La clave que llevó a que el comercio electrónico se asentase entre los consumidores fue su comodidad. Las compras online lo hacían todo más sencillo, porque podías comprar cuando quisieras y lo que te interesase. Era rápido, confortable y podías hacerlo desde el salón de tu casa. El único punto negativo era que, a diferencia de lo que ocurre con las compras en tiendas, aquí no se pueden probar las cosas y verlas de un modo 'tangible'.
Por eso, al principio, a las tiendas online les costó despegar con la venta de moda. Los consumidores no querían comprar algo que no podían probar, hasta que se acostumbraron a comprar los productos y devolverlos sin más dudas. Para las tiendas online, esto creó un problema, con cuellos de botella de devoluciones y con stocks que están circulando de un lado a otro.
El futuro debe pasar, por tanto, por simplificar cómo probar las cosas y cómo gestionar estos procesos. Los servicios de las tiendas online de moda ya están jugando con ello.
Algunos usuarios Prime de Amazon España han empezado a recibir una campaña de emailing de la compañía, en la que les invita a probar "un nuevo servicio: Prime Wardrobe, el primer servicio para moda dentro de Prime".
En el mismo envío se explica que el servicio está en base de beta y que "solo está disponible para un pequeño grupo de miembros Prime que hemos seleccionado" (aunque, todo hay que decirlo, el link en el que invitan a ver más en la campaña de emailing en el momento en el que escribimos esto no funciona).
El servicio funciona como una especie de probador a domicilio. Los usuarios pueden probar en casa artículos de la sección de moda, prendas de vestir, calzado y complementos. Pueden elegir hasta 6 artículos y tienen 7 días para probarlos. Una vez probados pueden quedarse con lo que quieran y devolver aquello que no les interese, usando el mismo paquete y etiqueta prepagada de devolución que ya incluye el envío.
Prime Wardrobe está aterrizando ahora en otros países europeos (los medios italianos le han dedicado artículos estas últimas semanas), aunque ya opera en Estados Unidos desde 2018. En España, también empezaron los envíos por esas fechas a algunos de los usuarios de Prime que han ido recibiendo correos para probarlo.
Sin embargo, aunque que Amazon lance un servicio como este se acabará convirtiendo en carne de todos los titulares, el formato de pedir, probar y luego comprar lo que quieras no es exactamente nuevo en el mercado. Ya existen startups muy especializadas, que ofrecen a sus usuarios justo eso.
Además, el reclamo viene en estas propuestas por el hecho de que el consumidor no tiene que hacer ningún esfuerzo. La ropa la escoge un personal shopper, que decide qué le interesará al comprador online partiendo de datos de talla y preferencias. La recepción del paquete tiene así algo de gamificación: no sabes qué vas a recibir y es una especie de sorpresa.
Lookiero es una de esas apuestas, la que opera en España, escogiendo ropa entre 150 marcas europeas, como prometen en su web, y trabajando con las tallas 34 a 48. Uno de los activos que venden en su web es: "Comodidad. Quédate lo que te guste y devuelve el resto gratis en la bolsa de devoluciones". El usuario tiene que pagar 10 euros por el trabajo del personal shopper, que se descuenta en caso de que se quede con uno de los productos de la caja.
Estos servicios que han estado ya captando a potenciales usuarios con campañas en redes sociales. Una consumidora descubrió justo a Lookiero en un anuncio de Instagram y la probó por comodidad. Hizo dos compras en uno de estos servicios y se quedó con un total de dos prendas. "No me dio la sensación de que estuviese muy personalizado", confiesa, eso sí.
Otra consumidora que también ha recibido el impacto de sus campañas publicitarias en redes sociales reconoce que se lo está planteando: básicamente, le interesa porque no tiene tiempo para salir de compras.