Ha sido a través de los años en donde el recuerdo de una carrera me ha impulsado en mi actual profesión. Hoy me puedes ver como editora digital de una revista de moda, con habilidades para el diseño, las 'cosas' creativas y las artes, inmersa en la computadora y el mundo digital, algo que a simple vista muy poco se reflejaba en mí a los 16 años.
En aquel entonces mi vida (mi adolescencia) estaba mucho más enfocada al deporte. Estudiaba, pero en mis "tiempos libres" vivía, respiraba y comía durante los trayectos con rumbo a mis entrenamientos de atletismo. Por más de una década fui conocida como "la corredora" para mis compañeros de la preparatoria, para sus padres, para los colegas de mis padres y para todo el que hojeara el periódico de mi ciudad.
Las competencias, los viajes, las medallas de oro comenzaron a llegar. Suena fácil en este enunciado, pero había muchos retos, apoyo de mi familia y de mi entrenador para que esto sucediera. Comencé a los 11 años a correr en una pista de tartán junto con mi padre y le gané en una "pequeña carrera" en el parque. Y a los 14 años ya estaba rompiendo el récord nacional de mi categoría en el campeonato nacional. Claro, no pasó de la noche a la mañana, pero aún parecía un juego.
Fue entre el 2004 y el 2006 cuando todo se puso serio. Mis entrenamientos eran de alto rendimiento y así tenía que ser mi mentalidad. Comencé a correr en competencias centroamericanas, competencias internacionales, dual meet deportivos, y asistí a eventos con otra decena de atletas para visitar al presidente de la República en Los Pinos. Llegaron nominaciones a premios en mi ciudad e inclusive la invitación a ser parte de la selección mexicana de atletismo. Yo era relativamente ‘pequeña’, pero desde ese momento, en lugar de estar pensando en mi fiesta de quinceañera y el vestido, me puse a pensar en el campeonato mundial.
Con ese objetivo claro en la mente (y escrito con esmalte de uñas de color rosa en el espejo de mi habitación de la infancia) me propuse asistir a una serie de carreras alrededor de México, semana tras semana, costara lo que costara, para lograr la marca mínima de tiempo para ir a los IAAF World Youth Championships in Athletics en Ostrava, República Checa. Era marzo de 2006 y dicha competencia –que se llevaría a cabo durante julio– sería la culminación de la temporada de atletismo anual. ¡En sus marcas, listos!… Pausa, todavía me falta algo importante que mencionarles…