Telmo Rodríguez nunca olvidará la fecha del 16 de septiembre de 2021. Ese día, su Yjar 2017 hizo historia al convertirse en el primer rioja vendido en La Place de Bourdeaux, uno de los mercados más antiguos y prestigiosos del mundo. Llevaba una década trabajando en silencio este vino joya y las 7.200 botellas volaron en dos horas. En este cuestionario muestra su faceta más personal. Surf y vino, son sus grandes pasiones y confiesa: "En mi nevera, como en la de Churchill, siempre hay una botella de Pol Roger".
El mejor regalo que he recibido fue un viaje a Sicilia [a la decha] que me regaló mi mujer, Valentine, hace un tiempo.
Y el mejor regalo que he hecho fue el pasado mes de septiembre. Invité a mi familia a realizar una travesía andando con Julio Villar, un amigo aventurero que escribió ese libro tan bonito titulado ¡Eh, petrel! (Editorial Juventud). Atravesamos Guipúzcoa y Álava en 6 días sin cruzarnos con nadie y descubrimos paisajes increíbles. La llegada a Nuestra Señora de Remelluri atravesando la Sierra de Toloño fue épica. ¡Tenemos un gran país!
El artista de quien compraría una obra si pudiera sería, si me dejáis soñar, Vermeer. Como La joven de la perla.
Lo último que he añadido a mi armario son unos zapatos del taller artesanal Bontoni . Trabajan solo ocho zapateros y cada uno apenas hace un par al día.
¿Mis marcas favoritas de ropa? No soy muy aficionado a las compras. Sólo voy a Just One [justonemadrid.com], la tienda de mi amigo Goyo que lleva 30 años buscando los mejores artesanos en Italia. De vez en cuando paso a verle y me viste de arriba abajo. Algunas marcas de las que me acuerdo son Thomas Mason para las camisas, Colombo para prendas de punto y The Editoriall para los jerséis de cashmere.
En mi maleta nunca falta el cargador del móvil. Pero no estoy a la última en tecnología, aplicaciones o webs. Ni siquiera tengo ordenador. Puedo dar pocos consejos en esto, lo siento.
En la música tengo gustos muy eclécticos. Escucho muchos grupos franceses, por influencia de mi mujer Valentine, mis hijos me enseñan el mejor rap de aquí y, por mi parte, siempre he sido muy jazzero.
Un vicio y un defecto confesables son los percebes y que siempre salgo de casa dejándome alguna cosa.
Ningún libro descansa sobre mi mesilla ahora mismo. Tengo el cerebro en plena ebullición, así que he aplazado ese placer hasta que esté más tranquilo. Pero por las mañanas, Valentine me cuenta lo que está leyendo y disfruto mucho. ¿Su última lectura? Mohican, de Eric Fottorino.
Mi próxima compra será alguna obra de Alfredo Alcain. Hasta enero puede verse su exposición Tomad mucha fruta en una tienda muy bonita llamada Tiempos Modernos [tiempos-modernos.com].
Mi aliado de belleza es el aceite de noche de Relaxayvoo. Todas las noches me pongo cuatro gotas en la cara. Me gusta mucho esta idea de los productos de cosmética orgánicos y hechos como antiguamente, con ingredientes de verdad.
La última serie que he visto fue Mare of Easttown, en HBO.
El restaurante que más me ha impresionado últimamente estaba en Ibai, en San Sebastián. Un lugar de otra época que desgraciadamente acaba de cerrar sus puertas.
Mi último descubrimiento ha sido un vino de un joven viticultor del Bierzo, César Márquez. Se llama Sufreiraly es una gran botella que además representa el futuro.
No soy muy maniático, pero me desesperan los perfumes que usan en algunas tiendas y hoteles. Soy indulgente con el sector de la hostelería. Es un oficio muy duro y lo han pasado fatal.
El mejor consejo que me han dado es: "Haz las cosas despacio y con poco dinero".
¿Mi posesión más valiosa? Creo que la pequeña viña de Las Beatas puede ser de lo más bonito que tengo.