Judith del Rio
Kiko Rivera iniciaba el año pasado una dura guerra contra su madre, Isabel Pantoja, a cuenta de la gestión del patrimonio que había dejado en herencia Francisco Rivera “Paquirri”. La guerra interna familiar saltaba del ámbito privado a los medios de comunicación tras la participación de Kiko en Cantora: La herencia envenenada, un programa especial de Mediaset en el que el dj sevillano revelaba al mundo el conflicto económico que mantenía con su madre y su tío, sobre todo a causa de su bien más preciado: la finca Cantora.
Lee tambiénUno de esos dardos, disfrazado de proyecto creativo, fue la creación de su propia marca de ropa hace dos meses, Kantora is Mine, una idea que causó sensación por ser una peculiar manera para cargar contra su madre una vez más, en esta ocasión a través de la venta de ropa y accesorios con el llamativo logotipo de la marca.
Sin embargo, todo cambia radicalmente hace apenas un mes, con el fallecimiento de doña Ana Martín, madre de la tonadillera y abuela de Kiko, que provocó un más que público acercamiento entre madre e hijo, hasta el punto que Kiko decidió perdonar la deuda de más de cinco millones de euros a su madre.
Lee tambiénSegún la revista, habría sido la propia Isabel Pantoja la que habría pedido a su hijo que se retirara del proyecto y tratara de eliminar todo rastro, al entender que se trataba de un ataque directo hacia su persona y, ahora que están más cerca que nunca de la reconciliación, Isabel habría pedido a su hijo que frenara todos sus ataques, sobre todo si conseguían llegar finalmente a un acuerdo sobre la venta de Cantora.
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