Desde que Harry Styles se diera a conocer como integrante de One Direction, una boy band surgida al amparo de un programa de talentos británico, el cantante ha conseguido que cada uno de sus estilismos supere los comentarios y las alabanzas del anterior. A partir de que lanzara en solitario el disco que lleva por título su propio nombre, no han sido pocas las ocasiones en las que se le ha llegado a comparar con David Bowie, otra de las estrellas masculinas que mejor supieron utilizar la moda para crear una imagen única.
La inspiración setentera, las prendas claramente andróginas o los accesorios anteriormente reservados para las mujeres, como el collar de perlas, se han hecho con un hueco dentro de su vestidor. Su carrera hacia una fama que ya es una realidad y ese gusto tan personal por diseñadores que arriesgan (y ganan) lo han hecho merecedor del reconocimiento de ser el primer hombre en ocupar en solitario la portada de Vogue USA.
Esta transición hacia el icono que es hoy ha sido el resultado de un cuidado trabajo junto al estilista Harry Lambert que, desde su primer álbum en solitario, ha ido reestructurando la apariencia del cantante hacia ese look romántico y nostálgico que añora una época pasada pero que él sabe adaptar hasta volverlo contemporáneo. Una virtud que encandiló a Alessandro Michele, quien lo ha convertido en imagen de Gucci creando una particular unión.
La estética de sus videoclips, multitudinariamente aclamados, también es obra de esta pareja de Harry & Harry que trasladan el universo de estilo del cantante a unas producciones de inspiración cinematográfica y carácterevocadorsetentero que lejos buscar aceptación en la industria quieren diferenciarse y tomar voz propia, y es que Harry Styles y su equipo no cesan en el trabajo por construir su propia ruta con un estilo tan extravagante que sobresale en el panorama mainstream actual.