El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha aconsejado reducir la cantidad de consumo de carne por persona por razones sanitarias y ambientales de modo que ha insistido en la importancia de procurar mejorar la calidad, a través del fomento de la ganadería extensiva, frente a la carne de macrogranjas.
En declaraciones a la Radio Televisión de Canarias recogidas por Europa Press, Garzón considera que se debe lograr además que esa carne proceda de ganadería extensiva a la que ha definido como "sostenible ecológicamente y con impacto neutro", frente a la que procede de macrogranjas intensivas donde en espacios reducidos se concentran 4.000, 5.000 o 6.000 cabezas de ganado, con apenas creación de puestos de trabajo y una calidad de carne peor que, al mismo tiempo, conlleva un efecto medioambiental extraordinariamente alto y muy peligroso para la vida en el planeta".
Además de por razones sanitarias ha esgrimido la dimensión ambiental que opina que "van a la par", porque el consumo excesivo de carne tiene "consecuencias para el medio ambiente" como las emisiones de gases de efecto invernadero. A este respecto ha recordado que la OMS aconseja ingerir un máximo de 500 gramos semanales de carne mientras que en España la media es muy superior.
"La opción alternativa, consumir menos carne, mejora también la salud del planeta", ha destacado Garzón que ve en ello una doble victoria, porque una reducción del consumo de carne "progresiva y sistemática" implicará una mejora de salud individuales y también del propio planeta.
De ese modo, preguntado por la prohibición de la publicidad de alimentos procesados en determinados horarios para fomentar una mejora de la alimentación infantil, Garzón ha apuntado a las comunidades autónomas como administraciones responsables para que estas avancen en el fomento de una alimentación saludable en los colegios e institutos ante el problema de obesidad infantil en España, que ronda el 40 por ciento entre los menores de 6 a 9 años de edad.
Así, ha dicho que esta es "otra" de las líneas de trabajo que hay que coordinar con las comunidades autónomas ya que mientras algunos colegios e institutos están introduciendo menús saludables y otras formas de adquisición de alimentos siguen existiendo otros que tienen máquinas de vending con productos ultra procesados e "incluso" con bebidas energéticas, por lo tanto muy perjudiciales para la salud si se consumen de manera sistemática y apenas verduras y frutas.
A su juicio, esta es una de las "grandes batallas" que se tiene que hacer a nivel de toda la sociedad. "Cada administración pública debe contribuir en la forma que le sea posible pero todos tenemos que avanzar en la misma dirección para mejorar la salud individual pero también desde el punto de vista de la salud colectiva", ha señalado.
En definitiva, lo que pretende es "mejorar" los hábitos de consumo de la población infantil que vive un problema de salud pública "de primer orden". Así, ha recordado que el último informe Aladino, publicado en 2020, concluyó que entre los niños de 6 a 9 años de edad el sobrepeso y la obesidad representan el 40 por ciento, unas cifras que indica que son equivalentes a las de Estados Unidos o México y que "no se corresponden" con los hábitos de la dieta mediterránea.