Cristóbal Soria es un enemigo temible. Es, de hecho, el enemigo público número uno para gente que, como Tomás Roncero, sangra merengue cuando le pinchas, aunque de todos es sabido que los extremos se tocan y que, de hecho, las némesis más irreconciliables pueden llegar a darse incluso un pico en la boca en pleno paroxismo chiringuitero. Soria está preparado para eso y para mucho más. Soria puede aprovechar una pausa del programa para grabar un single, Hamburguesas mayores (dedicado, al parecer, a Hazard), que más tarde interpretará en directo junto al grupo Tekila, pues este hombre es una estrella del rock certificada y actúa como tal en cada momento de su vida.
También es un hombre de fe, redactor de La Biblia del Fútbol (co-escrita junto a su compañero Jorge D'Allesandro), dedicada por supuesto a Messi, único dios verdadero a los ojos de su enfervorecido profeta. De hecho, sus creencias son tan profundas que no es habitual escuchar a Soria pronunciar su nombre en vano, sino que en muchas ocasiones se refiere al futbolista simplemente como “El Maestro”. Sus fieles saben de qué está hablando. La Biblia fue citada explícitamente durante el que muchos consideran su sermón más perfecto e inspirador: ¿Dónde están los tíos?, pronunciado el 8 de mayo de 2019. Su contexto: el F.C. Barcelona acababa de ser eliminado de la Champions tras un 4-0 en Liverpool. Papá Cristóbal se encontraba, por tanto, a punto de estallar. Y, cuando lo hizo, el resultado (carreras por plató incluidas) estuvo muy cerca del éxtasis místico.
"No es falta de actitud, ¡es falta de carácter! ¡Es falta de carácter! Porque el cuarto gol, ¿qué es? ¿Un problema de actitud? ¡No! ¡Es un problema de cá-rac-ter! ¡Claro! ¡Claro! Concentración… ¡¡y de carácter!!
[Se levanta de su asiento agitando los puños y se pone a dar vueltas en círculo]
¡ME CAGO EN LA MADRE QUE ME PARIÓ! ¿DÓNDE ESTÁN LOS TÍOS? ¿¿DÓNDE ESTÁN LOS TÍOS?? ¡ME CAGO EN LA MADRE QUE PARIÓ! ¿¡QUE ME VAN A MARCAR A MÍ UN GOL!? ¡ME CAGO EN LA LECHE QUE MAMÓ EL FÚTBOL, HOMBRE! Un gol me van a meter a mí así… ¡LA MADRE QUE ME PARIÓ!
[Lanza un objeto contra el suelo]
Me van a meter a mí un gol así…
[Vuelve a su asiento]
¡¡¡COÑO!!!
[Se levanta de nuevo como propulsado por un cohete]
¡Eso es carácter! ¡CARÁCTER! ¿¿DÓNDE ESTÁN LOS TÍOS, LOS TÍOOOOOS?? ¡¡LOS TÍOS!! ¿DÓNDE ESTÁN LOS TÍOS, HOMBRE? ¿No sale nadie desde el banquillo a pegar seis chillidos, míster?
[Se dirige a D'Alessandro, quien entiende de forma inmediata que es mejor darle la razón]
¿No sale nadie desde el banquillo? ¡Qué fútbol ni fútbol! ¡¡La madre que me parió!! ¡Intensidad!
[Se sienta de nuevo y empieza a dar palmas]
¡¡LOS TÍOS, LOS TÍOS!! Ahora después todo el año, ahora después en el Gamper salen: ‘No, porque queremos… porque no queremos…’. ¡Aaaaaayyyy! ¡Qué noche, hijo, que noche! ¡Qué noche, hijo, qué noche! ¡¡Eso es lo que yo quiero: los tíos ahí, con las venas aquí marcadas en el cuello!! ¡Y los ojos!