No hay nada peor que salir de casa, lista para ese evento social que has estado esperando durante semanas, para encontrarte que uno de los tacones acaba de desprenderse. Pues bien, en ese momento seguramente comenzarás a pensar en otras opciones, pero aún no debes darte por vencida, ya que puedes arreglar un tacón roto en casa con estos sencillos pasos.
Por si acaso, siempre salgas a esa fiesta llevando un par de zapatos puesto y otro de repuesto, porque la lógica indica que, una vez en reunión, estarás imposibilitada de reparar esos tacones rotos, al menos hasta que llegues.
Pero si tienes la suerte de estar aún cerca de casa, y poder intentarlo, debes saber que existen algunos trucos no tan conocidos, que son los que marcan la diferencia entre un arreglo de tacón exitoso, y un arreglo de tacón que no dura más que unos minutos, volviéndote a dejar descalza.
Lo primero es desmitificar, de una vez por todas, que el pegamento sea suficiente en estos casos. Indudablemente se trata de una ayuda, pero si no tienes en cuenta también los clavos que traen todos los tacones, puedes estar segura de que al cabo de un rato se despegarán nuevamente.
Ya con eso en mente, con el tacón salido, verás que los clavos que éste incluye, y que son los que posibilitan que quede sujeto en una primera instancia, se habrán torcido en distintas direcciones. Entonces tienes que tomarte la molestia de intentar enderezarlos, siguiendo el carril original correspondiente a cada uno de ellos, metiéndolos en los huecos con poco pegamento.
Una vez dentro, y apoyado el propio tacón con un refuerzo de pegamento, debes golpear el tacón contra el suelo con fuerza o bien sirviéndote de herramientas como un martillo, hasta que sientas cierta firmeza. Lo siguiente será dejarlo reposar unos minutos, hasta que el pegamento se seque.
La prevención también cumple un rol fundamental en estos casos, y puedes salvarte de alguna que otra rotura de tacones desgastando un poco la suela para que traccionen mejor, cambiando esas tapas de plástico por unas de goma más resistentes, o usar plantillas para que el pie no baile.
Si sientes dolor en la zona, producto de un mal movimiento por los tacones rotos, es mejor que entonces consultes a un profesional de la salud. Podrías haberte hecho daño sin prácticamente saberlo.