¿Alguna vez han pisado sin darse cuenta una caca y se la han llevado a casa pegada en la suela de los zapatos? Algunos dicen que da buena suerte, pero si le preguntamos a los vecinos del madrileño barrio de Las Águilas su opinión es bien diferente.
Nos encontramos en el distrito de Latina de la ciudad de Madrid, una zona dividida en siete barrios: Puerta del Ángel, Lucero, Los Cármenes, Aluche, Campamento, Cuatro Vientos y Las Águilas.
Las Águilas es el tercer barrio más grande del distrito de Latina y el segundo en el que más población vive, siendo uno de los barrios más envejecidos de la capital.
Precisamente en este barrio de Las Águilas es a donde se ha dirigido La comunidad para tratar de poner solución a un problema un tanto escatológico. Y es que esquivar excrementos mientras andan por la calle se ha convertido en una práctica habitual para estos vecinos.
Pero eso no es todo y es que… ¡Los responsables de algunos de estos desperdicios podrían ser humanos!
El problema al que se enfrentan estos vecinos son unas bolsas de caca que aparecen cada día en la calle “espachurradas”, dejando toda la vía sucia y llena de malos olores.
María Luisa es una de las vecinas afectadas. “Al principio pensaba que las heces eran de perro, pero luego nos dijeron que eran de persona”. Hasta siete bolsas juntas ha llegado a ver esta vecina en la calle. Un problema que se repite día tras día.
“Esos son unos cerdos de por aquí”, dice María, otra vecina de la zona, señalando al edificio contiguo a donde aparecen estos excrementos envueltos. Y ya no solo en bolsas de plástico, sino que lo vecinos cuentan que se los han encontrado en mascarillas, dentro de preservativos o en papel albal.
Este edificio se ha convertido en el blanco de todas las miradas. Su proximidad con el problema ha hecho levantar todas las alarmas y algunos vecinos como Isabel han tomado medidas: ella siempre lleva un paraguas cuando pasa por debajo del bloque, “por si tiran algo, que ya le ha caído a una señora en la cabeza”.
Por su parte, los vecinos de este bloque, como Ignacio, aseguran que esto no es cierto. “Los vecinos del barrio me señalan. Dicen que en mi bloque vive el culpable”. Ellos afirman que, si se lanzaran desde tanta altura, estarían mucho más esparcidas de lo que están.
Los vecinos de la zona hacen vigilancia día y noche para tratar de descubrir quién es la persona que lanza a la calle bolsas de plástico llenas de heces. ¿Quién será el responsable de este misterio? ¿Por qué se dedicará a hacer esta práctica? ¿Desde dónde las lanza?
Existen múltiples teorías y sospechas sobre el tema, y es que cada uno tiene la suya particular. Desde unos que afirman que la culpable es una señora que está un poco mal de la cabeza y que las tira desde lo alto del edificio a otros que aseguran que el responsable es un chico que viene cargado con una mochila y tira las bolsas contra el suelo.
Ya sea por problemas psicológicos o por rencillas personales entre vecinos, los cierto es que ninguna de estas sospechas se ha podido demostrar: ni el lugar del que proceden ni si son humanas o no. Un “marrón” que continúa día tras día sin poder ponerle solución.