Hablar de Georges St-Pierre es hacerlo de una de las eminencias de las artes marciales mixtas. A sus 40 años, el canadiense puede presumir de innumerables logros sobre el octógono (campeón de UFC en dos divisiones) y recientemente incluso ha vuelto a colaborar con Marvel para explotar su faceta de actor dando vida a un villano en la serie 'Falcon y el Soldado de Invierno'.
Ahora acaba de ser homenajeado en su ciudad natal, Saint-Isidore, donde han instalado una estatua de bronce. Pero hasta llegar a su estatus actual, GSP se vio obligado no sólo a ganar combates en el octógono, sino a jugar muy bien sus cartas fuera del mismo, como él ha explicado en Wealthsimple Magazine. "UFC no te pagará justamente a menos que tú lo hagas posible", comienza expresando.
GSP reveló que le pagaron 3.000 dólares por su debut contra Karo Parisyan en UFC 46 en 2004, más otros 3.000 por ganar. Ese mismo año acabó disputando el título del peso wélter contra Matt Hughes, combate que perdió por sumisión y por el que se llevó una bolsa de 9.000 dólares, según comentó. Al luchador no le quedó entonces más remedio que volver a escalar.
Arrebató el cinturón a Hughes en 2007, al que noqueó, pero luego cayó frente a Matt Serra en su primera defensa. En 2008 se volvió a ganar el derecho a disputar el título contra Jon Fitch, y es cuando Georgres jugó su mejor mano. "Otras organizaciones querían tenerme como cabeza de cartel y UFC lo sabía. Entonces, como un farol de póquer, dijimos: 'No queremos volver a firmar antes de la pelea, sólo queremos terminar el contrato'. Corrimos un gran riesgo porque esto es como la bolsa de valores. Tus acciones puede subir si tienes éxito, pero también pueden bajar si pierdes. Pero eso es lo que decidimos hacer", narraba el canadiense.
GSP, ganó la partida incluso antes de tener que mostrar su mano: "Me arriesgué mucho y le dije a UFC que no iba a volver a firmar con ellos. Y luego, el día antes de mi pelea con Jon Fitch, UFC regresó con un contrato grande y loco porque no querían que me convirtiera en agente libre", detalló, y fue más allá.
"¿Leíste que gané 400,000 dólares por pelea? No. Hice mucho más que eso. Un montón más que eso. Millones. Cuando estaba en la cima de mi carrera, ganaba muchos millones de dólares. Porque no sólo obtienes el cheque por pelear y ganar, sino que también tienes un porcentaje de la taquilla y del pago por visión, y es ahí donde está el dinero de verdad. Así es como los luchadores ganan dinero. Pero es necesario tener el poder de negociar esos términos", reseño el artista marcial.
Dicho poder le permitió protagonizar un regreso triunfal en 2017, con el que se lucró ampliamente y coronó su carrera como campeón del peso medio: "Por la pelea con Michael Bisping, con el pago por visión, el patrocinio y todo eso, gané alrededor de 10 millones de dólares", confesó. Además, presume: "Estoy muy sano y soy rico. Es muy raro encontrar a alguien que cuelgue los guantes y acabe en todo lo alto de esta manera".
Llegados a este punto, St-Pierre mencionó que él no se dedicaba a despilfarrar "en joyas y esas cosas", sino que invirtió el dinero en mejorar deportivamente, al más puro estilo Michael Jordan: "Mi ventana para ganar dinero luchando se habría cerrado antes si no hubiera invertido en mi carrera". Buscó a los mejores entrenadores por todo el mundo, contrató a los luchadores más sobresalientes para que entrenaran junto a él y compró numerosas herramientas que le ayudaron en la recuperación física. "Nunca hubiera tenido la carrera que tuve. Sabía que mi carrera iba a ser demasiado corta para gastar mi dinero en lujo", agregó.