En el Día Mundial de la reducción de las emisiones de CO2, ponemos el foco sobre la industria de la moda, la segunda más contaminante del mundo -superada únicamente por la energética-, y analizamos cómo podemos disminuir el impacto que tiene en el planeta. Cada vez son más las empresas que se preocupan por intentar contaminar lo menos posible y apuestan por modelos más sostenibles, y parece que, poco a poco, el mensaje va a calando también entre la población. Sin embargo, a pesar de que desde hace unos años se ve una clara transformación entre las firmas de moda, el sector de la joyería va algo rezagado en ese aspecto, y todavía queda mucho que recorrer. Firmas españolas como LeHona aportan su granito de arena a la causa trabajando de manera artesanal en talleres de nuestro país con materiales éticos y reciclados. Su fundadora, María Serrats, explica qué es la joyería sostenible y nos cuenta qué dificultades extra ha encontrado a la hora de emprender un proyecto como el suyo en 2020, un momento en el que, además, el consumo de ropa y accesorios era mínimo.
VER GALERÍA
Creo que todos nacemos creativos, pero, según las decisiones que tomemos en la vida, si no cultivamos esa creatividad, se marchita o incluso se pierde. Es muy importante escucharnos y conocernos. No encasillarnos aceptando nuestro destino como nos lo marcan. A mí me llegó “esa llamada interior” al año de nacer mi tercera hija y cambié de rumbo. Pensé que creando mi colección podía ofrecer algo a las mujeres que yo no encontraba para mí misma, algo que no había en el mercado, dando más peso al diseño, a las emociones que acompañan al comprar una joya y a la sostenibilidad. Esto último es fundamental hoy en día. En la medida de lo posible, quiero contribuir a no comprometer las necesidades de futuras generaciones por acciones que hagamos en el presente.
Vivimos en un planeta superpoblado en donde los recursos naturales de los que disponemos se consumen a mayor ritmo del que pueden generarse, y además estamos rodeados de modelos económicos que se basan en un crecimiento constante. La joyería sostenible aspira a garantizar el equilibrio entre preservar y cuidar el medio ambiente y sus recursos, el crecimiento económico y el bienestar social. En una cultura de consumo acelerado, en LeHona nos basamos en estrategias sostenibles y apostamos por el modelo hecho bajo pedido. Cada pieza está hecha específicamente para un cliente, ya que creemos que esto minimizará el desperdicio y el impacto en nuestro planeta. Nuestras joyas están hechas a mano por artesanos españoles con materiales nobles éticos y de la más alta calidad, ya que buscamos esa sostenibilidad, durabilidad y formar parte de tu familia para siempre, de forma responsable. De generación en generación como el planeta lo ha estado para nosotros.
VER GALERÍA
Trabajamos con proveedores que nos garantizan un oro ético y diamantes verificados de fuentes legítimas, no involucradas en conflictos y siguiendo la reglamentación de Naciones Unidas. Es una cuestión de prioridades y de elección, si apuestas por ello, aunque el equilibrio sea costoso, se logra. Por suerte, cada vez hay más proveedores que garantizan la sostenibilidad de las materias y consumidores sensibles y responsables – cada vez más en alza y que es una tendencia sociológica que permite que la sostenibilidad sea una posibilidad.
Primero hay un proceso creativo, donde no hay reglas, es libre. A través de cómo miro al mundo es cómo luego intento plasmarlo en las piezas. Cuando estoy creando me doy cuenta de que estoy todo el rato buscando y mirando. Todo me inspira. Una vez que tengo la idea, la dibujo en ordenador o a mano y a partir de aquí los joyeros son pieza clave en el proceso. Se prototipan los diseños en 3D, los definitivos se imprimen en cera y se funden en oro, proceso que se llama Método de la Cera Perdida. Entonces, aquí seguimos dos caminos, o bien hacemos moldes de ese metal fundido para rellenar de cera para próximas piezas o se vuelven a sacar por prototipado las piezas. Esto último es lo que solemos hacer ya que te garantiza que no se pierda detalle del diseño.
Después se repasan todas, al último detalle y si quedan como las queremos, dependiendo de los diseños, se engastan, se tallan, etc. Es un proceso que se hace a mano y bajo pedido. Son muchas horas de trabajo, pero cuando tengo la joya, acabada, por primera vez en mis manos, la satisfacción es máxima, es muy gratificante ver que se materializan y se hacen realidad las ideas.
VER GALERÍA
Todas las medallas han sido elaboradas a mano, desde la joya hasta el packaging, porque creo en apoyar la artesanía y las prácticas comerciales sostenibles. Apoyo a los artesanos que han desarrollado un oficio, a veces durante generaciones, y valoro la calidad sobre la cantidad. Vivimos en una sociedad de consumo aceleradísimo y quiero contribuir a disminuir ese ritmo volviendo al modelo hecho artesanal y localmente. Cada pieza está hecha específicamente para un cliente, ya que creo que esto también minimizará el desperdicio y el impacto en nuestro planeta.
Defiendo la producción en talleres locales, aunque podría hacerlo fuera de España donde es más económico, porque sé que así contribuyo a sostener talleres españoles que empiezan a estar en riesgo de desaparición. Además, la calidad de los artesanos con los que trabajo es excelente, de lo que ya no se encuentra prácticamente y me gusta poder aprender de ellos, trabajar con ellos de la mano, crear juntos. Me gusta rodearme de los mejores equipos.
VER GALERÍA
Lehona no es una marca que siga las tendencias. Podríamos considerar que es una marca slow jewellery, donde doy rienda suelta a mi creatividad, diseñando con libertad y sin dejarme encasillar por una tendencia. No son piezas para una temporada, sino para toda una vida, o más de una generación. La sostenibilidad ahora está de moda pero en nuestro caso quiero que sea real. Las opciones que hay para crear las piezas que quiero son amplias, eso sí, a un coste mucho más elevado por el hecho de seguir un modelo sostenible. En cuanto al packaging, es complicado mantener el estándar de lujo si lo haces sostenible, hay menos opciones, y se piden cantidades mínimas difíciles de encajar. Pero quiero ser fiel a mi filosofía.
Las piezas sostenibles son más costosas de hacer y hay que emplear más tiempo en su búsqueda y posterior trazabilidad. La joyería está relacionada con la industria de la minería, que es de las industrias que mayor impacto nocivo tienen en el planeta, por lo que realizar la producción de forma artesanal y sostenible, y aplicando principios de transparencia y trazabilidad, es clave. Pero para poder aplicar estos principios hay que estar comprometido y dispuesto a que sea un proceso más costoso.
Ha llegado para quedarse sin duda. Es un problema que nos afecta a todos y creo que la toma de conciencia colectiva ayuda a que cada vez se hable más de ello, a que estemos más concienciados sobre la necesidad de aportar soluciones ecológicas, éticas y sostenibles. Al fin y al cabo, es intentar ser empático con nuestro entorno. Y esto hace que nos planteemos qué comprar y qué no.
Es un mix. Está de moda, pero hay marcas como LeHona que realmente creen en ello. Lo importante es que haya una convicción personal, esfuerzo por emprender un camino diferente y que la sostenibilidad en la marca sea una realidad. Que prime el principio de transparencia y trazabilidad.
No solo fijarnos en que se diga que es joyería sostenible, sino entender qué hay detrás de las palabras, qué garantías ofrece la marca y cómo son los procesos de producción y selección de materiales.