Los mitos venezolanos forman parte de los relatos populares que han surgido de la curiosidad y el miedo humano. La investigación histórica y antropológica ha reconstruido las leyendas venezolanas a partir de las tradiciones orales y los han puesto por escrito para que podamos leerlos hoy. Estos ejemplos de mitos y leyendas, ambas generalizadas por la cultura popular, despiertan el interés de poetas y escritores de todo el mundo para intentar de darle sentido a las fuerzas desconocidas de este universo.
Leyendas de Europa:12 mitos y leyendas de países europeos llenos de misterio (amor, intriga, monstruos…)
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Dentro de las leyendas y mitos venezolanos hay una loca conocida popularmente como Luz Caraballo, se trata de un personaje que la literatura nacional inmortalizó como esa peculiar loca merideña, cuya historia controvertida y melancólica inspiró la pluma del poeta – escritor Andrés Eloy Blanco (1896-1955), convirtiendo a La Loca Luz Caraballo en figura icónica de las leyendas de Venezuela.
Cuentan que esta mujer de la época de la independencia enloqueció, deambulando por el páramo lamentándose y cantando, tras la partida de su marido e hijos reclutados por el ejército de Bolívar. Según la leyenda, condujo a los españoles por la ruta opuesta a la de Bolívar, permitiéndole continuar su viaje por los Andes. Del poema original se han derivado varias obras y a este famoso personaje legendario de la tradición oral andina se le dedica un monumento cerca de Apartaderos, en el estado de Mérida.
Dentro de las leyendas venezolanas, la Llorona es quizás la más sombría. La historia de laLlorona en Venezuela, un espíritu que grita desesperada e incesantemente por la pérdida de su pequeño hijo (o hijos), que ella misma mató o que murió en trágicas circunstancias.
Una leyenda de la Llorona venezolana se sitúa en un pequeño pueblo rural, donde vivía una joven y pobre mujer que, al ser abandonada por su marido, decide ahogar a sus hijos (o hijo) en un río.
Otros dicen que la Llorona en Venezuela era una mujer que asesinaba a sus hijos al nacer, hasta que decide confesar estas atrocidades a un cura. Él le aconseja darle de amamantar a su próxima cría antes de asesinarla. Termina la leyenda venezolana de la Llorona, cuando la mujer hace caso al cura, razón por la cual llena de arrepentimiento, muere de la locura.
Florentino fue el mejor coplero y jinete de la llanura.
Una sombría e inesperada noche, mientras cabalgaba solo por la llanura para emparrandarse en aquel joropo en una aldea cercana, sintió la presencia de un misterioso hombre que le perseguía. El raro hombre con vestimenta totalmente negra resultó ser el Diablo, que acabó desafiándolo al contrapunteo.
Florentino sabía que se quedaría sin alma si era derrotado cantando en tal contrapunteo.
No obstante, Florentino con su talento para la improvisación y su ferviente creencia en Dios, hicieron que el diablo cantara durante la noche entera de manera ininterrumpida, sin que Florentino vacilara o cometiera un error. Al amanecer, el diablo debía desaparecer totalmente derrotado.
Alberto A. Torrealba compuso este fabuloso verso cantado que narra el contrapunteo surgido del enfrentamiento: Florentino versus el Diablo, y que hoy es uno de los cuentos folklóricos venezolanos cortos más populares.
Se trata de espíritu malévolo llamado La Sayona, una vengadora que, en vida, fue traicionada por su marido.
En represalia, ella asesinó a su hijo, a su marido y a su madre; y fue maldecida y condenada a vagar eternamente. A partir de esa trágica noche, La sayona sale vestida de blanco, anda acechando a los borrachos y a otros hombres que se aventuran al anochecer en busca de aventuras extramatrimoniales. Hay quienes la confunden con la llorona.
El uso de cuentos de moralidad, como el mito venezolano corto para niños o esta leyenda y dibujo de la Sayona, son una forma de transmitirle a los chicos y jóvenes, los resultados nefastos que se producen cuando alguien actúa fuera de las normas de su sociedad.
Sabes que el Silbón está cerca cuando su silbido es débil, pero estás a salvo cuando silba fuerte. Cuentan que un muchacho que tenía antojo de tripas de venado para cenar, mató a su padre y lo destripó, porque este no encontró ningún venado.
El malcriado le entregó las tripas a su madre para que fueran parte del menú de la cena. La madre, horrorizada al descubrir la procedencia de los órganos, le cuenta al abuelo del muchacho lo sucedido. El anciano ató al joven en un poste, lo azotó sangrientamente, se lo dio de comer a los perros y lo maldijo a vagar silbando por la región para siempre, llevando los huesos de su padre en una bolsa como castigo.
Otra versión dice que este joven asesinó a su padre y lo destripó porque había asesinado a su esposa, diciendo que era su propia culpa y que era una “zorra» infiel.
Esta es una historia del Silbón y Juan Hilario. Trata sobre un hombre de campo que afirmó que la leyenda del Silbón era sólo un cuento de personas crédulas y que, en caso de encontrase con el silbón, Juan Hilario lo cogería a palo. El caso es que pronto le salió el siniestro espectro y comenzó a darle una terrible golpiza a Juan Hilario, al punto que llegó malherido y agonizando a la fiesta a la cual se dirigía. Tras esto, el hombre juró no volver a burlarse de lo desconocido.
María Lionza o Princesa Yara: se describe como india, blanca o mestiza. A veces benéfica y a veces malvada. Catalogada como madre protectora y tranquilizadora. También como una mujer bella, sensual y deseable. Una india desnuda montando un tapir o una reina blanca o mestiza con una rosa en el pecho, que aparece a menudo acompañada del Negro Felipe y del Cacique Guaicaipuro. Estas tres deidades, Las Tres Potencias, son muy conocidas en Venezuela.
Entre sus historias míticas, como ejemplos de leyendas venezolanas tanto orales como escritas, está la siguiente:
Una noche, los indios Jirijara-Nívar recibieron el presagio de que un día nacería una niña, hija de un cacique, cuyos ojos tendrían un color tan extraño que, si esta joven los viera reflejados en las aguas del lago, una enorme serpiente, el genio de las aguas, saldría del lago y destruiría toda la región.
La clave de este mito reside en la conexión entre el reflejo en los ojos de la niña, María Lionza, su visión resultante del más allá y su posterior transformación en serpiente. En efecto, cuando la bella india, haciendo caso omiso de las normas de la tribu, mira sus ojos reflejados en el agua del lago, ve otro mundo, un dominio trascendente y ajeno: el de los dioses y los muertos. Esta visión hace que la niña caiga al agua, lo que también le da acceso al mundo mítico.
En Venezuela Estado Yaracuy, se encuentra la montaña de Sorte, centro de peregrinación de los creyentes en esta divinidad.
Antigua leyenda de la Caracas de antaño. El Enano de la Catedral es una leyenda en la ciudad de Caracas, desde el siglo XVIII, en la cual un hombre pequeño con apariencia de enano pide a los transeúntes un fósforo para encender un cigarrillo y luego, cuando le agradecen, los invita a visitar el infierno transformándose en un horrible gigante; sólo aparece a medianoche y pertenece a las leyendas venezolanas urbanas.
Se cuenta que era un hombre pequeño con aspecto de enano al que ridiculizaban por su tamaño; en una ocasión, unas mujeres le persiguieron para burlarse de él, pero consiguió esconderse en la catedral, donde permaneció hasta su muerte. Después de eso, se fue formando un mito venezolano que duró muchos años.
Ánima Sola se traduce como «alma solitaria» o «espíritu solitario». Este ente en particular forma parte de los mitos populares del folclor mágico latinoamericano. Representa a una mujer de pie en medio de las llamas, ardiendo eternamente, pero sin consumirse nunca. Mira hacia arriba, con las manos encadenadas hacia el cielo.
¿Ardiendo su espíritu entre llamas infernales o ardiendo su corazón entre llamas del amor?
Es un supuesto amorío sin corresponder el que ha llevado a esta triste alma a su penosa condición: hay quienes creen que el “Ánima Sola” prefirió los placeres del romance pasajero en vez su eterna salvación. Se la invoca principalmente en los hechizos de amor más desesperados.
Se considera una de las leyendas en Venezuela más famosas de las praderas.
Relata la historia de la existencia del hombre cuyo ambicioso deseo de poder lo llevó a pactar con Satanás, y llegó a convertirse en el imponente apoderado de casi todas las tierras haciendas y fincas de la zona, conocido como Juan Francisco Ortiz, el mandamás y dueño de la tierra. En dicho pacto, este hombre degenerado le entregó su esposa e hijos a trueque de abundante dinero, reses y tierras.
Pero Juan Machete al verse millonario quiso tracalear al Diablo e incumplió su promesa hecha: empezó a hacer sacramentos bautizando a varios niños que nacían en las cercanías…
El nombre del ánima de Juan Machete se debe a que siempre aparece con un machete terciado en la cintura sobre todo para impedir que nadie viva en sus tierras… conocida como La Horticera o Hato viejo La Caña Brava.
El momoy es una especie de duende de los Andes venezolanos, desde tiempos precolombinos y habitan en las zonas de Mérida y Trujillo, especialmente en las lagunas y ríos. Se describen en los mitos cortos venezolanos para niños, como hombres pequeños, de unos 40 cm de altura. Relacionados con relatos de espantos y aparecidos.
Una de las historias de misterio y terror, fue donde supuestamente unos obreros fueron atacados por duendes en la construcción de unos canales para llevar agua potable hasta la ciudad de Mérida- Venezuela.
Los momoyes lucen una ropa al estilo nativo, decoran su figura con plumajes, flores y demás partes vegetales. Suelen acompañarse con un palo o garrote para andar. También se les describe con largas barbas y enormes sombreros de cogollo. Otros opinan que estas criaturas, son duendes benignos, traviesos y protectores del medio ambiente.
En el estado Vargas, a pocos kilómetros de Caruao, hay un pozo alimentado por el río Aguas Calientes. El agua que cae en pequeñas cascadas desde la gran montaña hasta llegar al «Pozo del Cura», ya que este lugar recibió su nombre por un incidente que, según las leyendas venezolanas, ocurrió allí hace mucho tiempo.
La leyenda del pozo del cura dice que entre Oritapo y La Sabana había un monasterio donde vivía un cruel sacerdote que visitaba constantemente el manantial y celebraba grandes fiestas con las mujeres más bellas de los pueblos de alrededor. Al sacerdote no le importaba lo más mínimo que surgieran escándalos a su alrededor, simplemente los provocaba sin sentirse culpable.
¿Quién no ha oído hablar de esta popular leyenda en caseríos del Tuy como de Caracas u otras localidades cercanas? donde mucha gente asegura haber percibido el sonido atronador del caballo pateando a la par del rodar chillón del carruaje. Por este motivo, tanto jóvenes como adultos permanecen en casa por la noche para evitar el encuentro tenebroso con el denominado «carretón del Diablo».
¿Qué es el carruaje del diablo? Se trata de un viejo coche tirado por caballos que era escuchada en la oscura vieja Caracas, “sin electricidad”. Muchos parranderos se llevaron ese maligno y temible tropiezo, varios murieron al momento, y otros quedaron sumergidos en las tinieblas de la locura.
Más que una leyenda, esta es una historia real y espeluznante.
Un creador de momias germano-venezolano capaz de superar la momificación egipcia. Su magnífico invento: embalsamar los cadáveres sin extraerles los órganos vitales… Knoche solicitó que lo convirtieran en momia mediante la mencionada técnica secreta ideada y desarrollada por él en Venezuela. Ese fue su último deseo.
La imagen del médico alemán Gottfried Knoche, «una versión de Frankenstein en Venezuela», ha alcanzado niveles míticos y legendarios. Su pericia y predilección por el arte y la ciencia del embalsamamiento, la confección de momias y su reclusión en su finca en las alturas cercanas al pico Galipán, en la vertiente norte de la cordillera de la costa, le han hecho objeto de muchas especulaciones y conjeturas, tachándole de brujo, nigromante o hechicero; haciendo parte, de los mitos y leyendas de Venezuela.
Esta es la historia de María José Cárdenas, una joven Caraqueña que en los años 50 murió en la carretera vieja de la Guaira, la cual comunica la ciudad de Caracas con las playas más cercanas. La joven enamorada salió ese día decidida a casarse con el amor de su vida, un joven que vivía en la Guaira. Como la madre de María no estaba de acuerdo con esta boda, los enamorados decidieron casarse en secreto.
Ella vestida de novia tomó un taxi, pero este se descompuso a mitad de la carretera, así que María se bajó del taxi y empezó a pedirles a los viajeros que transitaban por allí, que la llevaran. Con la mala suerte que el conductor que la llevó estaba ebrio y provocó el fatal accidente donde falleció la novia. Desde entonces, muchos conductores aseguran que la han visto en esa misma carretera. Por lo cual forma parte de los mitos y leyendas del estado Vargas.
Muchas creencias rodean el origen de la bola de fuego, entre ellas: que es el alma de una celosa mujer llamada Candelaria que asesinó a su esposo, o un obispo pecador. Otros cuentan que es el espíritu de un hijo que maldijo a su madre, o que se trata de dos comadres que se pelearon el Jueves Santo, o el espíritu errante de una pareja que tuvieron encuentro sexual en Semana Santa, entre otros.
Lo cierto es que quienes han visto la bola de candela, por Guanare u otros llanos de Portuguesa y de Colombia, sobre todo en Semana Santa, dicen que es una enorme rueda de fuego que parece venir hacia ti.
Dicen, que el padre de “María Eugenia”, mató a “José” el novio vagabundo y mujeriego que engañaba a su hija. Luego, mandó a botar el cadáver sin permitir que le dieran cristiana sepultura.
Al pasar los días, cuando el padre iba regreso a casa, y justo cuando pasaba cerca del lugar donde botaron el cadáver, sintió un escalofrío intenso…se consiguió la figura de un extraño hombre el (espíritu de José) que lo llamaba y le decía que tenía que pagar lo que había hecho.
El padre llegó temblando de miedo, enloqueció y murió a los pocos días. A partir de ese entonces los lugareños han visto a este horrible espanto, “el encadenado de Michelena” aparece vestido de túnica negra, ojos brillantes y arrastrando una cadena. Por tal motivo figura en los nombres de mitos más escalofriantes.
En Ospino, histórico pueblo que no escapa a las leyendas populares de misterio que forman parte del folclore portugués, nace la leyenda del Hachador Perdido o Hachero, una figura temible que algunos llaman simplemente Hachero, afirmando que es el alma dolorida de un hombre que cortó madera en las montañas para hacer su propia urna.
Existen mitos venezolanos cortos, bastante analíticos, que dicen que el hachador solía levantarse muy temprano y acostarse bien tarde porque cortaba leña todos los días en la montaña y la vendía en el pueblo. Un hombre que cortaba leña en Semana Santa, y por eso durante estos días de oración y reflexión, el hombre del hacha se oye con más frecuencia las entrañas de las montañas.
Dentro de los mitos y leyendas venezolanas para niños, tenemos a Caribay y las 5 águilas. Caribay era descendiente de la paliducha Chia (la luna) y del candente Zuhé (el sol). Caribay imitaba el canto de los pájaros, y de acuerdo a la cultura mirripuy (una tribu andina venezolana), ella representaba el origen de la mujer.
En cierta ocasión, Caribay divisó a 5 águilas blancas volando en el cielo y quedó enamorada de su hermoso plumaje. Las siguió, atravesando valles y montañas, siempre siguiendo sus sombras.
Cada una de estas aves se posó en un acantilado y se quedó quieta. Caribay quiso adornarse con estas raras y magníficas plumas y corrió hacia ellas para arrancarlas, pero el frío del glaciar le entumeció las manos, las águilas se congelaron y se convirtieron en cinco enormes masas de hielo.
Así pues, Caribay se ahuyentó despavorida. Pronto la luna iba opacándose y las cinco águilas despiertan, y todas las montañas se cubren de plumas blancas, mientras baten sus alas furiosamente.
Dentro de tantos ejemplos de mitos cortos que hablan del origen de la naturaleza.Este en particular trata sobre el origen de las montañas nevadas de Mérida.
Estas 5 aves simbolizan las cinco altas cumbres que suelen estar cubiertas con nieve: Pico la Concha, Pico el León, Pico el Toro y los famosos: Pico Humboldt y Pico Bolívar. Este es uno de los mitos cortos de Venezuela más conocido.
Es el relato de una mujer que trabajaba en un restaurante de Caracas, le negó un plato de comida a su madre y decidió echarla a empujones del restaurante.
Ya estando fuera del restaurante, la madre se encontró con un hombre desconocido quien al verla llorando le ofreció una moneda con la Cruz de San Andrés para que pagara su comida. Él le dio instrucciones, que una vez que la hija recibiera la moneda como pago de la comida, le dijera que se quedara con el cambio, y que al darse la vuelta…ella recibiría un escarmiento.
Entonces, así lo hizo la anciana. Después de comer, y entregarle dicha moneda a la hija, le dijo que se quedará con el cambio. La joven mujer al darse la vuelta se transformó parcialmente en una mula y empezó a relinchar.
A partir de ese momento, La mujer con cara equina se cubre el rostro con un velo blanco y se presenta en cada iglesia para rezar. Esta narración es ideal para incluir en el conjunto de mitos venezolanos cortos para niños, por el tipo de enseñanza que deja.
El lunes es el día de las Ánimas. En esta noche, era costumbre en los hogares del llano, rezarles y encender una vela. En la oración se rezaba por un alma en particular, ya sea un familiar o un difunto con el que se habían soñado. Ya sea que tengan dolientes o no…
Los lunes, en casi todas las casas, una vela ardía en el rincón más oscuro y apartado o detrás de la puerta de la cocina, a veces incluso en el retrete. Nadie se atrevía a entrar en este lugar después de rezar la oración y encender la vela.
Se decía la oración y se encendía la luz, porque se suponía que las Ánimas se reunían en el lugar para rezar hasta bien entrada la noche.
Muchas personas afirman haber escuchado sus oraciones y lamentos, otras las han visto y las describen como vestidas de blanco, con los pies descalzos, con velas encendidas en las manos. Frente a ellos, el que dirige el rosario está solo y separado del grupo. Mientras caminan por las solitarias calles, se oye un espeluznante murmullo que pondría los pelos de punta a cualquier cristiano, por muy valiente que fuera.
Dice la leyenda que Lorenzo, el joven de veintitantos de edad, que vivía en aquella hacienda de Ejido una vieja villa Merideña. En medio de la hacienda y al lado del camino había una pequeña casa de ladrillos y paja. Allí vivía Marta, una bonita muchacha que esperaba todas las tardes el regreso de Lorenzo de sus excursiones al pueblo.
Un día Lorenzo quería dirigirse a Mérida con su madre y Marta, sin embargo, la enfermedad de la madre de la enamorada Martha le impedía complacerlo. Ese 26 de marzo se produjo un fuerte terremoto que provocó el derrumbe de muchos edificios en Mérida. Marta al enterarse de lo ocurrido salió corriendo a Mérida.
Cuando llegó, encontró a la madre de Lorenzo mirando inconsolablemente los escombros bajo los que yacía el cuerpo de su hijo.
Se dice que el dolor de Martha fue tan grande que, tras su muerte, resucitó como un fantasma, con ojos diferentes a los de su forma original y con un rostro carente de expresión. Cada Jueves Santo se puede ver a una joven solitaria caminando por las calles de Mérida.
Dentro de los mitos cortos para niños venezolanos, existe uno interesante en torno a una cascada y una declaración de amor comparable con los más fabulosos ejemplos de mitosvenezolanos y a las gestas heroicas de la mitología griega. La cascada de Bailadores, estado Mérida: «velo de agua, lágrimas de amor aún derramadas por la princesa Carú».
Cuenta el mito que, en durante la ocupación española, una princesa llamada Carú, de los indígenas Bailadores, estaba a punto de contraer matrimonio con el primogénito del Cacique de los indios Mocoties. La hermosa joven estaba muy emocionada porque ya se acercaba la hora de la ceremonia nupcial.
Pero casi en el momento de la boda, los vigías gritaron que vieron aproximarse entes raros vestidos de hierro y montados sobre bestias de cuatro patas. Por lo que las tribus se enfrentaron en una cruenta batalla que dejó muchos indígenas muertos, incluyendo el prometido de Carú.
La joven se abrazó al cuerpo sin vida de su amado y le pidió al dios de la montaña que le devolviera la vida. Para ello, Carú cargó el cuerpo de su prometido hasta la cima durante tres días; sin embargo, no aguantó más y cayó abrazada con él y llorando se murió. El dios conmovido ante esta demostración de amor, recogió las lágrimas de Carú y creo la cascada de Bailadores.
Uno de los mitos cortos para niños venezolanos relacionados con la ciudad de Caracas es este, que narra el origen de su gran montaña El Ávila. En la época precolombina se llamaba Guaraira Repano, que supuestamente significa «la ola que viene de lejos». Los indígenas del sitio decían que la montaña no existía en el pasado y que se podía ver el mar desde el valle.
Hasta que un día, la diosa del mar se enojó con las tribus y quiso exterminar a todo el pueblo con una enorme ola. Todo el pueblo se arrodilló y pidió perdón a la diosa, y cuando la ola estaba a punto de romper sobre ellos, la diosa se apiadó y transformó la ola en la gran montaña que existe hoy.
Eloy Tarazona, el “indio Tarazona” era un confidente, guardaespaldas permanente y jefe de su guardia personal del general Juan Vicente Gómez, un dictador venezolano.
En pleno escenario, aquel hombre con ojos agudos y penetrantes embruja a los caraqueños con sus actos de magia.
Dentro de los espectadores aparecen dos singulares personalidades: por un lado, el comandante Pulido Barreto, jefe de armamento del gobierno dictatorial de Pérez Jiménez, y por otro, Fortunato Herrera, también llamado «El Platinado», considerado confidente y elemento fiel del mencionado dictador.
Tras el espectáculo, las dos altas personalidades se dirigen al camerino del mago «Fassman» con el fin de contratarlo para hipnotizar a una persona y obligarla a revelar la ubicación de un valioso tesoro.
Los libros de mitología venezolana están llenos de monstruos y criaturas extrañas tan fascinantes como repulsivas y curiosas. ¿Quiénes son estos personajes que ocupan los principales libros de leyendas venezolanas? ¿Son realmente lo que parecen? De todo hay para leer, en cuanto mitos venezolanos desde las páginas de estos textos con un ángulo original y cautivador.
En Venezuela existe una leyenda popular y muy extendida sobre un espíritu malévolo llamado La Sayona.
Es un fantasma en forma de mujer justiciera a quien su marido traicionó en vida. En una explosiva reacción vengativa, le dio muerte a su propia madre y a sus hijos; y fue maldecida y condenada a vagar eternamente, acechando a los borrachos y a otros hombres que se aventuraran al anochecer en busca de aventuras extramatrimoniales.
Es complicado resumir la fantástica imaginación venezolana en un solo libro. Una nación repleta de cuentos raros, leyendas y relatos anecdóticos sobrenaturales.
Mercedes trata de exponer un panorama general de lo más resaltante de estas creencias tradicionales para hacerlas conocidas y conservarlas para las generaciones que se están levantando.
Es un texto muy fácil de leer. Para deleitarse leyendo y empapándose de ciertas leyendas. Un montón de palabras impresas que cuentan costumbres memorables del colectivo. Nutrido de historias bien sabidas como «La Llorona», «La Sayona», «El Silbón», aunque es de lectura rápida, bien organizada y útil.
Una manera amena de ilustrar y nutrir de cultura criolla al lector. El carácter esotérico y místico que tiñe cada mito y leyenda, con su gran reserva de incógnitas sin descifrar, como el creyente común tan aficionado, los convierte en un importante instrumento para su conservación.
Estas páginas llevan al lector a una aventura por la venezolanidad contemporánea a lo largo de una extraordinaria recopilación de escenarios corporales, surgidos hace décadas desde la fe hacia María Lionsa. Algo particular que asoma estas líneas es un cúmulo moderno de misticismo popular tan sabido que debe entenderse no sólo como un folclor arcaico.
Para finalizar este viaje de la imaginación a través de mitos y leyendas, es importante recordar que esta es una forma de profundizar en el mundo del folclore. Los mitos venezolanos, ya sean los numerosos mitos de venezuela cortos, e incluso los curiosos mitos súper cortos, sirven para redescubrir la historia desde otro punto de vista: el de la ficción que destila fascinación y sugestión. Mediante las leyendas venezolanas se puede descubrir incluso, junto a los niños una gran aventura de misterio.
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