El modisto real Stewart Parvin ha revelado cómo aborda este problema la mismísima Reina Isabel II de Inglaterra: “Los zapatos tienen que resultar cómodos desde el primer momento”, explicaba en el Evening Standard. “Tiene a una persona que se los pone antes. La reina jamás puede decir 'estoy incómoda, no puedo dar un paso más'. Cuenta con el privilegio de que alguien se los dome”.
Aunque los demás no tengamos la suerte de contar con un empleado dedicado en exclusiva a darnos de sí el calzado, hay modos de ablandarlos sin destrozarse los pies.
Estos son los supertrucos de Vogue.
Ve usándolos poco a pocoEs difícil contener el impulso de echarte enseguida a la calle con tus zapatos nuevos, pero si puedes resistir un poco la tentación (deberías), úsalos primero para caminar por casa y mejor si es con calcetines finos. Así empezarás a domarlos.
Pasa una cuchara por las tiras y los talonesCon la parte posterior de una cuchara, frota con fuerza el talón del zapato o cualquier sitio por donde te pueda rozar. Se trata básicamente de imitar la presión que ejerce tu pie para que se ablanden las tiras y todas esas partes más duras antes de ponértelos.