Seguro que los conoces de vista pero es probable que no sepas como se llaman. No estamos hablando de ningún famoso de turno, sino de los zapatos. Un elemento imprescindible en nuestro día a día que, habitualmente, recibe ese nombre y ninguno más: zapatos. "Me he comprado unos zapatos nuevos preciosos", "Tráeme los zapatos, por favor", "¿Qué zapatos vas a ponerte esta noche?"... Están en nuestro vocabulario a diario pero pocas veces los llamamos por su nombre 'de pila'. Peep-toes, T-Bar, botas Chelsea, botas otk, winklepickers... Te mostramos la imagen detrás de cada uno de estos curiosos nombres. Echa un vistazo a nuestra 'chuleta' y consigue tu título de fashionista por méritos propios.
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Es un modelo de inspiración masculina que se hizo popular en Inglaterra en el siglo XVII, sobre todo entre los estudiantes de la Universidad de Oxford, de ahí su nombre. Los hay de muchos tipos y elaborados en muchos materiales (charol, ante, cuero...) y con más o menos detalles (perforados, con pespuntes sencillos o dobles...); y también puedes encontrarlos con cuña o tacón, con un aire más femenino. Dentro de esta tipología también se encuentran los BROGUES, modelos terminados con dibujo en la puntera.
Este tipo de zapatos se caracteriza por ser plano y, normalmente, con la punta redondeada. Tienen su origen, como es de imaginar, en el calzado de las bailarinas de ballet. Son sencillas, y perfectas para combinar con cualquier tipo de prendas. Además de los modelos en colores sólidos, también puedes encontrarlas adornadas con pedrería, lazos, cintas o incluso detalles XL como lazos, pompones o rosetones (tendencia la próxima primavera-verano 2017). Entre sus variaciones, hay modelos abiertos por detrás y también terminados en punta. La variedad de tejidos en las que pueden elaborarse también es muy amplia, existiendo incluso versiones plegables para poder llevarlas contigo si un cambio de calzado fuese necesario. Los modelos con suela rígida suelen recibir el nombre de MANOLETINAS (por ser el tipo de calzado que utilizaba el torero Manolete). Y los modelos con puntera y/o lacito se conocen popularmente como FRANCESITAS.
Llamadas también esparteras, esparteñas, espardeñas o espadrilles, este calzado de tradición campesina se elabora normalmente con materiales como el algodón o la lona y suelas de esparto, yute o cáñamo. Las alpargatas son perfectas para la primavera y el verano porque protegen el pie del sol sin asfixiarlo. Fue en los años 79 cuando Yves Saint Laurent presentó este calzado por primera sobre la pasarela (concretamente un modelo con cuña que encargó a la marca española Castañer). A día de hoy, este calzado tiene múltiples versiones (altas, bajas, con cintas al tobillo, hasta la rodilla, estampadas...) y es uno de los imprescindibles de cada verano.
Al igual que los Oxford, son un modelo de aire y origen masculino. Se caracterizan principalmente por su terminación puntiaguda, por no tener cordones y por su inspiración medieval, al estar basados en los poulaines de la nobleza francesa de esta época. Se hicieron muy populares en los años 50, aliándose con la estética rock. Desde entonces se han ido reinventado, adaptándose a diferentes estilos y tipo de zapato: abiertos, con tacón...
Este curioso inglés surge de la combinación de peep (asomarse) y toes (dedos de los pies), y se refiere al calzado en el que se pueden ver uno o dos deditos del pie a través de una abertura delantera. Zapatos de tacón, planos, bailarinas botines... poco importa el modelo, lo importante es que cumpla el requisito principal. En inglés existe, además, otro término para designar modelos similares aunque con aberturas más amplias, que dejan a la vista más dedos. Son los llamados OPEN TOES.
Es un concepto muy genérico que se puede aplicar a multitud de modelos que tengan, como su nombre indica, el talón descubierto. Perfectos para los meses más calurosos del año, los encontrarás con cuña, en versión zueco, deportiva, zuecos... o con tacón, bautizados como MULES.
Su nombre se traduce literalmente como 'zapatos jaula', refiriéndose al entramado que cubre el empeine y que lo deja prácticamente 'enjaulado'. Puede ser rejilla, tiras cruzadas entre ellas o de lado a lado del zapato... Las opciones son múltiples, también en cuestión de altura, pero siempre siguen ese patrón de calado. Los modelos más habituales son en versión abotinada.
Su nombre hace referencia a la forma que dibujan sus tiras sobre el empeine: una T. La clave, la comodidad que supone llevar el pie sujeto. Su historia se remonta a los años 20 y, desde entonces, han ido evolucionando en cuestión de tejidos y forma, mezclándose con otras tipologías. Es uno de los modelos imprescindibles en los armarios de las amantes de la estética retro.
Este es uno de esos términos que te hacen decir "¿perdona?", cuando lo escuchas por primera vez. Su traducción hace referencia a las tiras que cubren el talón, dejándolo al aire. Y aunque se puede encontrar en modelos altos, bajos, sandalias... lo más habitual es que se trate de salones terminados en punta. Las tiras en cuestión pueden ser de piel, elásticas, de velcro o incluso marcadas con el nombre de la firma (las de Dior están por todas partes esta temporada).
Imágenes: Estrop / Getty Images.
Acordes árabes suenan a cada paso de estos zapatos. La babucha es un calzado ligero, destalonado y terminado en punta. Además, y aunque su uso es generalmente femenino, está adaptado al armario unisex. Igual que pasa con el resto de protagonistas de esta galería, los encontrarás bordados, adornados, calados... y hasta perderán su estética altamente elaborada en favor de modelos más minimal. Eso sí, este tipo de zapato gana por mayoría en versión plana.
Sandalias que sujetan todo el pie, pensadas para introducirse en el agua. Su nombre viene del uso que se les daba en origen, al llevarlas para cazar cangrejos. Además, están pensadas para proteger el pie del ataque de éstos y otros 'habitantes' de mares y ríos, así como de las rocas, que pudieran perturbar la tranquilidad de un paseo por este tipo de entornos acuáticos. Precisamente por esto, están fabricadas con materiales plásticos; y cuentan con tiras que cubren el empeine de lado a lado atravesando una tira central que llega hasta el tobillo, que queda sujeto con una pulsera con cierre ajustable. La disposición de estos elementos está pensada para que el pie respire y el agua pueda pasar libremente entre ellos, permitiéndonos caminar con comodidad. Pero las tendencias también han llegado a este tipo de calzado, que se ha renovado con nuevos materiales (más propicios para el asfalto), detalles como la pedrería o incluso versiones con tacón.
Seguro que las has visto en multitud de ocasiones, y simplemente te has referido a ellas como botas. Pero, hablando con propiedad, se trata de un calzado abotinado, hasta el tobillo aproximadamente, y característico por una banda lateral elástica que permite que se ajusten perfectamente al pie. También suelen llevar un tira en la parte trasera para ayudar a la hora de sacarlas. El uso de estas botas se remonta a la época Victoriana, y tanto hombres y mujeres las llevaban; y posteriormente se hicieron populares en los años 60 en Reino Unido, como parte de la estética mod. En la actualidad se adornan con cremalleras traseras y se elaboran en multitud de materiales y colores.
En español, MERCEDITAS. Se caracterizan por ser planos y tener una tira horizontal que cruza el empeine. Son un calzado principalmente infantil, aunque hay variaciones que los convierten en una buena opción adulta tanto para el día como para la noche. En charol, tejido brocado, ante, con adornos, con bordes festoneados... y con o sin tacón; incluso en versión peep toe o con puntera en contraste. Una vez más, las posibilidades son infinitas.
Es un término que engloba al calzado deportivo en general. Sin embargo, hace unos años, el boom de las zapatillas con cuña de Isabel Marant lo monopolizó casi por completo. Pero ahora vuelve a respirar y sirve para bautizar deportivas con cordones, slip on, con suela más o menos gruesa... ¡para gustos, versiones!
Este zapato de inspiración retro causó sensación hace un par de años. Su nombre en inglés hace referencia a la puntera que cubre los dedos de los pies. Lo hay monocolor, con diferentes materiales para crear un contraste de texturas; bicolor; e incluso tricolor, utilizando un tercer tono como separación entre el zapato y la puntera. También puedes encontrar estos zapatos con puntera en versión plana, con adornos, estampados o metalizados, una de las tendencias estrella de este otoño-invierno y de la próxima primavera-verano.
Estas siglas responden a over the knee (por encima de la rodilla). Se hicieron populares en los años 80 y suelen combinarse con minifaldas o llevarse por encima de los vaqueros. Las hay ajustadas (tipo calcetín); más amplias por arriba (tipo mosqueteras); elaboradas en piel, ante, charol... o incluso adornadas con flores y otras aplicaciones. Un clásico que ha vuelto para quedarse (al menos algunos inviernos más).
Tienen su origen en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados utilizaban botas con suelas duras de goma para aguantar el calor del suelo. Más tarde, en los años 50, serían características del estilo rockabilly, con pantalones ajustado y tupés como compañeros. Rihanna fue la encargada de recuperar este calzado hace un par de temporadas, gracias a su colaboración con Puma. La suela es originalmente estriada en vertical, aunque esto ha ido evolucionando y combinándose con otros modelos de zapatos, llegando a generalizarse como suela gruesa y sólida.
Esta palabra se refiere a la parte delantera de los zapatos, la que cubre los dedos de los pies. En un zapato 'pala' esta parte se 'independiza' del resto del material, dejando los laterales más despejados. Los hay en colores sólidos, estampados, en versión colour block (cada parte de un color), planos, de tacón, sling back... y son muy femeninos.
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