He escrito otras veces sobre zapatos más o menos molestos. Tuvieron su momento los extravagantes zapatos de punta abierta de Y / Project e incluso volvieron las sandalias tanga con tacón y sus dedos al aire sin complejos. ¿Pero y los zapatos de plástico? Esos sí que me dan los siete males. Son como ver el pie entre nublos, pero además en un sentido muy literal: se empañan por el calor. De hecho, los zapatos de plástico son como transparentes ecosistemas en miniatura, con su propia capa perpetua de condensación procedente de los vapores que genera la transpiración del pie descalzo (y como la ciencia nos dice, la humedad y el calor hacen crecer cosas… aaarg ).
Los zapatos de plástico también son fuente inagotable de fétidas bromas en Instagram. La cuenta @larslala de Lars Byrresen Petersen, que rastrea los desastres zapateros que rondan por las pasarelas, publicó una traumatizante imagen de una bota Tubular de Yeezy sudada (a pesar de sus 950 dólares) bajo este ingenioso y mordaz título: "Cuando tu mierda no huele, pero tus pies sí". En el otro extremo, el más bonito, de la cuenta de Petersen salió también la imagen de una bota de plástico de Chanel de cuya suela brotaban rosas. La foto es preciosa, pero no se aleja tampoco mucho de la cruda realidad: una planta podría, con toda probabilidad, prosperar allí mismo. Es como si ese ambiente cerrado le hiciera a los dedos una singular pedicura a base de placas de Petri. Y, sin embargo, las plataformas de plástico causan furor. De la colaboración de Off-White x Jimmy Choo, Rihanna se agenció unos salones a modo de bolsa hermética. Bella Hadid también se muere por los zapatos de tacón transparentes, al igual que Kim Kardashian West. Y, más recientemente, hemos visto a Kristen Stewart en el Festival de Cine de Cannes con unas botas transparentes pero chic a más no poder de Chanel.
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Mis colegas parecen estar de acuerdo con los problemas del zapato de plástico, pero sobre todo por el lado de la incomodidad. Con solo mencionar del calzado de PVC –tanto cerrado como de punta abierta–, sacaron a la luz su largo historial de ampollas. La directora de Vogue Fashion News, Chioma Nnadi, recordó aquella ocasión en la que se recorrió la ciudad con los pies plastificados: "Creo que fue el verano más caluroso en Nueva York que he visto en mi vida, así que imagínate lo que significó eso para mis pobres pies con esos dichosos zapatos. Todavía tengo marcas ", confiesa. "¡Y han pasado 10 años!". En cuanto a los más cerrados, se alcanza a un nivel superior de asfixia. Hace solo unos días, la mencionada KKW publicó una imagen de sus pies atrapados en unos salones de plástico tan ajustados que hasta parecían cortar la circulación en algunas zonas.
Los profesionales de la salud coinciden en que los peligros del calzado de plástico son reales y, están, de hecho, muy vivos. Según el Dr. Rock Positano, director del servicio de pie y tobillo del Hospital de Cirugía Especial de Nueva York, su falta de transpiración es sin duda un factor nociv o. "El pie en sí mismo [sin calcetín] dentro del zapato, sea de plástico o no, ya es un entorno perfecto para el crecimiento bacteriano y fúngico. Hay humedad, oscuridad y calor", dice Positano. "La combinación de esas tres cosas dentro del zapato crean un ambiente peligroso”. Aparte de esto, algunas personas son además alérgicas al plástico y pueden experimentar una reacción alérgica, o "pies calientes", término que usa Positano para describir la dermatitis por contacto, una irritación de la piel que crea una sensación en el pie como si estuviera ardiendo.
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Otro elemento disuasorio contra el uso de los zapatos de plástico es el hecho de que son muy rígidos. "Los zapatos de plástico no tienen flexibilidad. Son muy, muy duros. Los pies se hinchan de manera natural por la tarde, por lo que una persona puede pasar de una talla 38 a un 40, pero el plástico no se expande con el pie”, explica. "Un zapato de cuero o de piel tiene la capacidad de ensancharse un poco". Positano explica que la compresión que ejerce un zapato de plástico es como si alguien intentara echar 40 litros de agua en un tanque de 20. Otro factor a tener en cuenta, especialmente si la suela está hecha de plástico, es la poca absorción del impacto que, según Positano, puede conducir a una serie de problemas –sobre todo dolor en las articulaciones y los huesos– en otras partes del cuerpo como las rodillas y la espalda. "Si se usan en circunstancias inadecuadas, pueden causarte un problema importante", dice Positano. "Reconozcámoslo, no es el zapato de Cenicienta. Es la mejor manera de perderte el baile de graduación".
Si todavía quieres parecer una princesa de PVC, piénsalo así: los zapatos son ideales para sesiones fotográficas o cócteles (si te llevan hasta allí en coche) ; y no para bailar toda la noche o deambular por la ciudad (Positano señala que la clave es usarlos "con moderación"). Pero otra opción podría ser lucir debajo un colorido calcetín en vez de pie. Y por el bien de la no condensación, por favor, un poco de tecnología Heattech.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com
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