Por Silvia IbarraNadie puede discutir que Forrest Gump es una de las mejores películas de la década de los 90. Este film nos dejó muchas frases célebres, pero hoy creo acertado traer a nuestra memoria una en especial que pronunció el personaje de Tom Hanks y que dice así: “Mamá siempre decía que se puede decir mucho sobre una persona por sus zapatos. A dónde van, a dónde estuvieron”. Me pregunto cuánto sabrá un zapatero sobre sus clientes. El tipo de calzado que les gusta, las actividades deportivas que elige, los caminos que recorre y hasta si es ordenado en el cuidado de sus cosas...Germán Tessio tiene 34 años de edad, una hermosa esposa y tres hijos encantadores. Hace aproximadamente 6 años se dedica al oficio de zapatero, específicamente a la compostura de calzado, carteras, cintos y mochilas. Cuando me comuniqué con él para invitarlo a este espacio que visibiliza a emprendedores, se sorprendió. Lo primero que me dijo fue ¿una entrevista a un simple zapatero?; y así es Germán, una persona sencilla, amable, que cuando se encontró sin empleo y con una familia a cuestas, no dudo en aprender un oficio que le permitiera mantener a su familia.- ¿Cómo surgió la idea de emprender en el mundo de la compostura de calzado?- Hace casi 6 años me encontraba trabajando en el almacén de mi mamá, y si bien era una gran ayuda para sostener a mi reciente familia, sabía que no era suficiente y que solo debía ser algo transitorio. Para estudiar una carrera terciaria o universitaria requería muchos años de dedicación para ver los frutos, por lo que consideré que aprender un oficio era la mejor opción. De hecho, siempre me pareció una buena idea vivir de un oficio. Conocí varios en mi paso por la escuela técnica, como tornería, herrería, carpintería y electricidad. Sin embargo, ninguno era lo mío. Un día, en el almacén, llega una mujer, viuda de un zapatero del barrio, y nos cuenta que si bien su esposo había fallecido le seguían llevando muchos trabajos para realizar, y ya no daba abasto con todo. Inmediatamente con mi mamá pensamos en lo mismo, era una oportunidad. Trabajé con ella por un mes y pude aprender los conocimientos básicos del oficio, y la especialidad de ella que era el teñido del calzado. Así descubrí un oficio que la gente demandaba y, hoy vivo exclusivamente de esta actividad que me encanta.- ¿Dónde aprendiste el oficio? ¿Quién te enseñó?- Cómo comenté anteriormente los primeros conocimientos los obtuve de la viuda de un zapatero. Pero, pronto decidí acercarme a un zapatero con gran experiencia y pedirle que me enseñe; me miró y me dijo: “vení mañana que te enseño”; y así fue, todas las mañanas iba a su taller para aprender. Estoy muy agradecido con él, hoy tiene 86 años de edad recién cumplidos y más de 50 años en el oficio y aún continúa trabajando. Me capacitó durante 3 meses, y me incentivó para que continuara, y quiero destacar que no me cobró ni un solo peso.También realicé un curso de reparador de calzado en el Centro Profesional Número 5. Era la primera vez que la institución lo dictaba y éramos 8 personas que asistíamos. Allí comprendí que mi trabajo era un oficio totalmente artesanal, ya que pintamos, arreglamos, cosemos, modificamos. En el curso aprendí a diseñar y fabricar calzados. Como practica realizamos zapatillas que en el acto de fin de año donamos a una escuela de la ciudad.Durante estos años, fabriqué varios pares, unos 80 en total; entre botas, botines, sandalias, zapatos, zapatillas. - ¿Con qué herramientas comenzaste con tu taller?- Arranque con lo poco que tenía, un torno era mi caballito de batalla. Recuerdo que no tenía la máquina fundamental del oficio, la que cose recto y en 360 grados, por eso estuve yendo dos meses a coser al taller de mi maestro. Luego mis padres me la compraron y con el tiempo fui adquiriendo el resto de las máquinas, herramientas y elementos necesarios para el oficio. Hoy tengo prácticamente el ciento por ciento de las herramientas que se necesitan.Recuerdo cuando hallé la máquina que se utiliza para fabricar, fue como cumplir un sueño, era exactamente el modelo que quería. Antes se utilizaban en las fábricas de calzado, hoy solo la requerimos los artesanos del oficio. Todas mis máquinas son reliquias, antiguas, ideales para realizar este trabajo artesanal, y me han convertido en casi un mecánico, pues las arreglo y las pongo a punto, me alegra todo lo que he aprendido en este tiempo.- ¿Cómo es un día normal de tu vida?- Mi día laboral se divide entre atender a los clientes, reparar mucho, y, subir y bajar muchas veces la escalera ya que mí taller se encuentra en un entrepiso.- ¿Creció el número de gente que opta por reparar su calzado? - Hay mucha demanda, la economía hizo que la gente opte por reparar su calzado en lugar de comprarse uno nuevo. El calzado bueno y de marca es costoso, por ello cada día llegan nuevos clientes a mi taller que eligen arreglar cuando se daña. Cada familia me trae varios pares a la vez e incluso mochilas.- ¿Qué dificultades tuviste que afrontar al principio en tu emprendimiento?- Enfrenté dificultades como todos los emprendedores, pero las fui superando porque me gusta el oficio y creo que nací para esto. Algunas de ellas, consistían en que, al principio, no sabía realizar todos los trabajos encomendados, por lo que me acercaba a mi maestro, llevaba el par que tenía que reparar y él cuando me veía llegar dejaba todo lo que estaba haciendo y me enseñaba.- ¿Qué consejo le darías a alguien que esta por emprender?- Para alguien que está por emprender le diría que se anime, que se lance de una, si es lo que en verdad le gusta, vale la pena intentarlo.Para finalizar, hay muchas frases de zapatos, pero me encantó la que dice “Cenicienta es la prueba viviente que un zapato te puede cambiar la vida”.CONTACTO:ZAPATERO GERMÁN TESSIOFacebook: Zapatero Germán TessioInstagram: @germantessio2020Dirección: La Plata 532