Escrito por:
L. García
Periodista especializada en tercera edad, belleza y ejercicio
Actualizado: 22 de junio de 2020
Aunque el bádminton parezca sencillo cuando se ve en televisión, dominar la técnica adecuada, tanto para jugar, como para prevenir lesiones, es mucho más complejo de lo esperado. Por ello, si se quiere progresar lo mejor es buscar un entrenador, o acudir a un club deportivo, donde se encontrará la orientación precisa para aprender a manejar las claves de la práctica del bádminton.
Carlos Longo Esteban, director técnico y responsable del Centro Andaluz de Entrenamiento perteneciente de la Federación Andaluza de Bádminton, recomienda a los principiantes que “sobre todo se diviertan, y animen a familiares y amigos, ya que es un deporte muy divertido”. Es esencial tener esto en cuenta, ya que es más fácil mantener una rutina y engancharse cuando la actividad se comparte con alguien cercano, y si uno se centra en pasarlo bien y se lo toma como una afición, el proceso será más ameno y adictivo.
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A la hora de comprar el material, en el caso de un principiante no es necesario que sea el mejor que se encuentra en el mercado, porque probablemente no le saque todo el potencial, y el mal uso puede acabar estropeándolo rápidamente. Lo más acertado es adquirir productos de calidad media, lo que evitará que se rompan con facilidad, y si después se practica este deporte con asiduidad siempre habrá tiempo para mejorar el material del que se dispone.
La práctica de bádminton requiere de pocos elementos, uno de los factores que lo han convertido en un deporte para todos los públicos:
Para practicar bádminton, en primer lugar hace falta un espacio para jugar, una pista con las dimensiones adecuadas, que son 13,40 metros de largo y 6,10 metros de ancho –aunque en individuales se juega en 5,18 metros–. La red debe estar colocada a 1,52 metros en individuales y a 1,55 en dobles.
Si no se dispone de una pista y una red, se puede buscar cualquier espacio y delimitarlo con tiza para que cumpla los requisitos de la Federación Mundial de Bádminton (BWF). La red se puede simular con una cuerda atada a dos puntos a la altura adecuada, sabiendo que el volante tiene que pasar siempre por encima.
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La mayoría de los practicantes invierten más dinero en la raqueta de bádminton porque es el elemento más personal, tanto por la calidad, como por el diseño. Se puede elegir cualquier modelo que cumpla la normativa de la BWF, que en lo referente al tamaño no puede superar los 68 centímetros de largo y los 23 de ancho. Suelen ser de granito, titanio o acero.
Las raquetas de bádminton constan de cinco partes:
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No se puede modificar la raqueta para que pueda cambiar de forma, ni se podrá poner cualquier tipo de objeto que la varíe, a excepción de aquellos homologados que prevengan el desgaste, las roturas y la vibración de las cuerdas.
Los precios de las raquetas de bádminton son muy variados en función de la calidad y características de las mismas. En los grandes centros de deporte hay modelos que cuestan a partir de 6 euros, pero las profesionales no bajan de los 100 euros, duplicando o triplicando fácilmente esa cifra.
El otro elemento más característico del bádminton es el volante. En la actualidad se fabrican con plumas naturales o sintéticas; sean cuales sean, deben tener una base golpeable de corcho cubierta de una fina capa de cuero.
Además, deben respetar las normas de la BWF, que especifican que el volante de bádminton debe tener 16 plumas iguales de entre 62 y 70 mm, que han de estar ancladas a la base, que debe tener entre 25 y 28 mm de diámetro. El peso del volante ha de oscilar entre los 4,74 y los 5,50 gramos. En el caso de los volantes de plumas sintéticos se permite que están medidas se modifiquen hasta un 10% por la diferencia entre los materiales.
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Respecto a las zapatillas para jugar al bádminton, la elección dependerá del estilo de juego de cada practicante. Aquellos más conservadores que suelan jugar en el fondo de la pista deberán elegir unas con una gran sujeción y estabilidad para que protejan correctamente en los giros y esprines, además de una protección extra en la pisada, indicada en las fases de aterrizaje y despegue.
Por su parte, los jugadores más atacantes que suban mucho a la red necesitan unas zapatillas con una buena tracción en las suelas para facilitar los cambios de dirección constantes y repentinos, así como deberán tener un buen agarre, lo que ayudará a evitar lesiones. Su precio suele rondar desde los 50 euros de los modelos básicos, a los 100€ de los más profesionales.
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Creado: 8 de noviembre de 2018