El objetivo que se pretende conseguir con la utilización de este recipiente es concienciar a los propietarios de mascotas para que no guarreen las calles de Valencia. Como señala Luis Alfonso, uno de los inventores del producto, se trata de que «el excremento termine en el contenedor de la basura, y no en el zapato o en la mano de un niño pequeño».
De momento, ya se han fabricado unas 25.000 unidades de tamaño mediano (también las hay grandes y pequeñas). Están disponibles en algunas ONG como la protectora de animales de Valencia, al igual que en la protectora El Refugio y en la Cumbres de Calicanto, entre otras.
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... qué calles de Valencia suelen estar minadas por deposiciones
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